miércoles, 26 de mayo de 2010

“EL GENOCIDIO TEHUELCHE – PEHUENCHE”

Si queremos hablar seriamente del mal llamado “genocidio” de nuestros indios del sur, los Tehuelches Septentrionales (los Pampas gününa kena, y los Pampas serranos o puelches), los Tehuelches Meridionales (los Patagones), y los Pehuenches de Neuquén (Río Agrio y Varvarco) , debemos remontarnos a los combates sostenidos no solo entre ellos mismos, sino fundamentalmente entre estos Tehuelches y Pehuenches (etnia de indios argentinos), con los indios chilenos, mapuches (Costinos, Abajinos, Arribanos o Moluches y Vorogas, pobladores de la Araucania, entre los ríos Bio –Bio al Norte y Tolten al Sur), los Huilliches (del sur del Tolten) y los Picunches (del norte del Bio-Bio), que entraban a sus tierras muchas veces ayudados por milicias patriotas chilenas o guerrilleros de los hermanos Pincheira (realistas, defensores de Fernando VII), a partir de mediados del siglo XVIII, pero principalmente y con la citada ayuda militar, durante el siglo XIX, mientras duró la llamada guerra a muerte en Chile (1818/1824) y después de ella.-

Vale la pena aclarar que los Huilliches y los Picunches no eran Mapuches, más allá de que estaban araucanizados desde la epoca de las guerras comunes contra los Incas primero y el español después.-

También al combates entre los Pehuenches del sur de Mendoza (de Malal Hüe y el Campanario), que a su vez habían desalojado a los pobladores originarios (Pampas Serranos o Puelches), contra los Huilliches.-

El viejo cacique Pehuenche mendocino Ñaincul, en un enfrentamiento interno por el mando, fue asesinado en 1825 y reemplazado por el cacique Antical.- Para vengar la muerte del primero, su hermano Llanca Milla, pidió la colaboración de indios trasandinos (chilenos), tradicionales enemigos de los Pehuenches, recurriendo a un cacique de los Huilliches llamado Anteñir.- Este logró reunir para atacar a los Pehuenches mendocinos, 5.000 loncos (indios de lanza) y el apoyo de los guerrilleros pincheiristas que comandaba Hermosilla (uno de los principales oficiales de Pincheira), portadores de armas de fuego, y sorprendiéndolos, los masacró sin distinguir entre loncos y chusma (ancianos, mujeres y niños), dando muerte incluso al mismo Antical.- Solo pudieron huir y se salvaron de la sangrienta matanza, un millar de Pehuenches, la mayor parte chusma.-

El cacique Huillichi Anteñir, mandó emisarios a los fugados, ofreciéndoles que si se presentaban ante él, sometidos y sin armas, les perdonaría la vida, que en cambio perderían si buscaban el apoyo de los Mendocinos del fuerte de San Carlos.-

Creyendo el embuste, así lo hicieron los Pehuenches y todos sin excepción, loncos, ancianos, mujeres y niños, una vez frente a Anteñir y sin la más minima posibilidad de defensa, fueron ferozmente lanceados por orden de este.-

Retrocedamos en el tiempo y veamos ahora a titulo de ejemplo, una de las muchas matanzas internas entre los mismos Tehuelches.-

Recordemos primero, que nuestros Pampas Gününa Kena, solicitaron en 1740 al gobernador Salcedo, de Buenos Aires, la formación de un pueblo en su territorio, con misioneros y apoyó español, para evitas los ataques y robos que le hacían de continuo sus parientes, los Pampas Serranos o Puelches, lo que dio origen en 1741, a la fundación que efectuaron los padres Jesuitas Manuel Querini y Matías Strobel, de la Reducción de La Concepción, al sudeste del Río Salado, en el Rincón de López, sobre el arroyo Dulce, cerca del mar.-

El Cacique Bravo (Cangapol) de los Pampas Serranos, nos relata el padre Furlong S. J. en su libro “ Entre los Pampas de Buenos Aires”, tenia su asiento sobre el río los Sauces (hoy Río Negro), pero extendía su dominio o influencia hasta el Río Salado, por lo cual en sus andanzas visitó las Reducciones Jesuitas de Mar del Plata, al Noreste de la Laguna de los Padres (Nuestra Señora del Pilar) y el Vulcán en Balcarce, junto a la fuente Copelina (Nuestra Señora de los Desamparados), que eran respectivamente de indios Puelches la primera y de Patagones la segunda, fundadas a continuación de la de La Concepción (que era de Gününa Kena), y a pesar de lo bien que fue recibido por los padres, decidió destruirlas y matar a los curas misioneros.-

A tal fin convocó a los cacique de sus dominios (fines del año 1750) y uno de ellos, Ayalep, contestó que el no le prestaría ayuda con su gente, ya que en realidad siempre había recibido regalos y buen trato de los misioneros, que nunca lo habían agraviado.-

Cangapol decidió castigarlo.- Le envió mensajeros para avisarle que visitaría al amigo, y cuando llegó con sus lanceros, aprovechando que Ayalep lo esperaba pacíficamente y con su gente desarmada, ordenó lancearlo, al igual que a todos sus guerreros, matándolo con más de 50 loncos, y a contianución le robó la chusma, que llevó a sus toldos.-

Estas matanzas eran comunes entre los indios, invocando siempre injurias que motivaban venganzas o se hacían para robar hacienda, producto de malones en que habían intervenido los agredidos.- Pero independientemente de ello, los Tehuelches Puelches y Patagones, a pesar de su muy menor número, debieron enfrentarse con los indios trasandinos, para evitar sus invasiones, en combates memorables.-

Me refiero a la las batallas de Languiñeo, Barrancas Blancas, Shótel Naike, Senguer y del vado de Choele Choel (Choel-Choel).- En este último combate, según el informe que le envía el comandante de Carmen de Patagones, don Calixto Oyuela, al gobernador de Buenos Aires, Don Martín Rodríguez, los Arribanos o Moluches (indios Mapuches), apoyados por milicias chilenas, que incluso además de armas comunes de fuego, usaron un pequeño cañón, derrotaron totalmente a 1.800 guerreros Pampas Serranos o Puelches, matando incluso a sus caciques Ojo Lindo y Anapilco.-

A partir de ese momento (año 1821), los Tehuelches debieron abandonar gran parte de su territorio original (la región de Entre Ríos Sur, que abarca las tierras entre los ríos Negro y Colorado y la actual provincia de La Pampa) y asentarse al sur del Río Negro (llamado Río de los Sauces) y en la provincia de Buenos Aires, que por supuesto integraban una parte importante de su territorio a la llegada de los españoles.-

Mientras tanto, los Vorogas (Mapuches), que poblaban el Arauco a la altura del río Imperial, lucharon en Chile a favor de Fernando VII durante la guerra a muerte.- Vencidos, se vieron forzados a abandonar la Araucania, su tierra natal y cruzaron la cordillera conjuntamente con los guerrilleros realistas de los hermanos Pincheira.-

Primero, malonearon robando y saqueando el Sur de Mendoza, San Luis, Córdoba, Santa Fe y noroeste de Buenos Aires.-

Finalmente sus caciques mayores, Rondeau, Melian (o Melín) y Cañiuquir, con varios miles de loncos y chusma, desalojaron a nuestros Pampas Serranos o Puelches de la zona de Guaminí (Laguna de Monte), Carhué y Epecuén, de la provincia de Buenos Aires, haciendo allí su asiento, con el apoyo siempre de los guerrilleros de los hermanos Pincheira.-

Nuestros Pampas debieron retirarse más al Este, a la región de las Sierras de la provincia de Buenos Aires.-

A partir de ese momento, los Mapuches Vorogas y los Pincheiras pasaron a ser un grave problema para nuestros pampas serranos y para los gobiernos de Buenos Aires, a punto tal que Don Juan Manuel de Rosas comenzó a negociar con el cacique mayor Cañiuquir, para tratar de apartar a los indios de los guerrilleros realistas, de modo de debilitar su poder.-

Durante el curso de estas negociaciones, a fines de 1830, los Vorogas, con apoyo de los guerrilleros de Pincheira, a su cuyo frente estaba Zuñiga, atacaron a los Pampas Serranos asentados en la Sierra de la Ventana y Sauce Chico, haciendo una gran matanza entre los mismos que incluyo la muerte de sus caciques Curitripay, que cayó junto con sus dos hijos y todos sus capitanejos, Catrileu y Lomo Colorado.- Este último, poco antes había denunciado a Martiniano Rodríguez que los mapuches y guerrilleros chilenos planeaban esta masacre, solicitándole protección.-

No conformes con la lanceada, los persiguieron con saña hasta la misma Bahía Blanca, dándoles muerte a los que habían logrado llegar, frente a la misma Fortaleza Protectora Argentina, que no pudo abrirles sus puertas y sin que su jefe nada pudiera hacer por ayudarlos, dada la orden recibida de Rosas de mantenerse prescindente, para no estorbar las negociaciones, convirtiéndose así en un mudo e impotente observador de la masacre de los indios tehuelches.-

Martiniano Rodríguez anotó en su parte diario, que desde la muralla de la fortaleza “escuchaba los galopes cortos de los lanceros vorogas y soldados pincheiranos y el griterío de la chusma cuando era lanceada o sableada, ruido característico de las persecuciones y las matanzas que se estaban produciendo de los indios Pampas, que intentaban en vano llegar hasta el refugio de la fortaleza”.-

Esta matanza de indios Pampas Puelches o Serranos, se agravaba, ya que los Vorogas siempre con los Pincheiras, con anterioridad, el 25 de septiembre de 1830, habían acuchillado a los a los Pampas del cacique Tetruel, que tenían sus toldos en Curamalál, cerca de la actual Pigüe.-

Era evidente que Vorogas y Pincheiras querían demostrar al gobierno de Buenos Aires, su superioridad frente a los indios locales, y su dominio absoluto del terreno, lo que era cierto, a punto tal que los caciques tehuelches Reynagual y Chocori, para salvar su gente de las matanzas, debieron trasladar sus toldos a la ya mencionada orilla Sur del Río Negro y/o de los Sauces.-

El jefe guerrillero chileno Zuñiga, incluso mandó una carta a Martiniano Rodríguez, y tras informarle de la matanza efectuada, le pedía “hipócritamente autorización”, como si le hiciera falta, para continuar la persecución de los Pampas de lanza y de su chusma.- Por supuesto que aunque Rodríguez contestó negándole el permiso, ambos sabían que tanto la petición como la denegatoria, carecían de todo valor efectivo.- Zuñiga y los Vorogas, harían lo que ellos decidieran.-

Conforme una vieja costumbre entre los indios, poco después, el cacique Toriano, Pehuenche, pero nacido en Chile, maloqueó contra los toldos Vorogas para vengar la masacre de los Puelches, dándose prontamente a la fuga para evitar la reacción de aquellos, lo que ocasionó gran indignación de los caciques Cañiuquir y de Rondeau que fueron los afectados y no tuvieron oportunidad de tomar a su vez venganza.-

Durante la campaña al Desierto del año 1833, don Juan Manuel de Rosas, comandante del ala Izquierda, tras organizar prolijamente la tan necesaria expedición, marchó al sur y estableció su cuartel general en Medano Redondo, sobre el Río Colorado, lugar al que llegó evitando todo tipo de enfrentamientos con los indios, especialmente con los poderosos Vorogas.-

Desde allí despacho a sus segundos, en una campaña que fue solamente de escarmiento y exploración, pero lamentablemente no de ocupación.- Esto permitió que al termino de la campaña (1834), los indios ocuparan nuevamente los territorios que debieron abandonar, ante el avance de las tropas de los jefes de las tres columnas enviadas por Rosas, que partieron desde Medano Redondo al Sur y al Oeste.-

La primera columna, estuvo al mando del General Ángel Pacheco y marchó directamente al Río Negro, siendo el primer argentino que llegó a este río por tierra.- Lo remontó por sus orillas hasta la isla de Choel-Choel y posteriormente su expedición llegó hasta la confluencia con los ríos Limay y Neuquén.- Pacheco tenia orden escrita de “no traerle prisioneros vivos, salvo los importantes”.- Su actuación fue brillante.-

Del mismo modo, Rosas envió a sus coroneles Pedro Ramos y Manuel Delgado, a uno remontando el Colorado,cruzando el Chadi- Leuvú y siguiendo hasta la región de los Pehuenches, en Neuquén.- Al otro hasta el sur de Mendoza, atravesando la tierra de los Ranqueles, los eternos y peores enemigos que tuvo siempre Rosas.- Estos, que había sido derrotados en “Las Acollaradas” por el jefe del ala del centro, el general Ruiz Huidobro, combate en el que incluso perecieron dos hijos de Yanquetruz, prefirieron ocultarse ante el avance de las tropas, evitando todo tipo de enfrentamiento.-

Isidoro Ruiz Moreno, en su libro “Campañas Militares Argentinas, To. II, transcribe la orden dada por Rosas al coronel Pedro Ramos: “No conviene que al atacar una toldería traigan muchos prisioneros vivos: con 2 o 4 hay bastantes, y si más agarran, esos allí en caliente nomás se matan a la vista de todo el que este presente, pues que entonces en caliente nada hay de extraño, y es lo que corresponde.- Pero estos prisioneros no se descuide con ellos, si alguno es de importancia tal que yo hable con él, mándemelo, pero sino, lo que usted debe hacer, es luego que ya enteramente no los necesite para tomarle declaraciones, puede hacer al marchar un día quedar atrás una guardia, bien instruido el jefe encargado, que me parece puede ser bueno para ello Valle, que luego que no haya ya nadie en el camino, los puede ladear al monte y allí fusilarlos.-

Es por eso que el padre Furlong, sostiene que la campaña de Rosas fue también de exterminio.-

A pesar de que Rosas no participó personalmente en los combates contra los indios, fue el organizador de la campaña y el que dio las directivas a sus jefes militares.-Por ello, fue nombrado por la legislatura porteña “Héroe del Desierto” y se le otorgó en premio la isla de Choele- Choel.-

Rosas rechazó la isla (que por otra parte ya estaba nuevamente en poder de los indios al haberse retirado Pacheco), manifestando que allí oportunamente habría que establecer una guarnición militar, pero pidió en su reemplazo una fracción de tierras en la provincia, donde la Legislatura resolviera.- La Legislatura Porteña resolvió entonces regalarle 60 leguas cuadradas en la provincia, dejando el lugar o los lugares a su elección.-

Según Rosas (publicación efectuada en La Gaceta Mercantil del 24 de diciembre de 1933), en esta campaña murieron 3.200 indios o sea más del doble de los que cayeron en la campaña al desierto del general Julio Argentino Roca.-

Sin embargo esta cifra esta en discusión.- Muchos historiadores sostienen que fueron menos, y otros elevan la cantidad de muertos, a alrededor de 6.000 indios.-

Terminada la campaña, Guido, informado desde Chile por Bulnes, avisó a Rosas que se aprontaban para entrar al país, al mando de los caciques Juan Callfucurá y su hermano Antonio Namuncurá (tio de Manuel Namuncurá, también chileno), alrededor de dos mil loncos Huilliches, indios chilenos del sur del río Tolten, de etnia propia distinta de la mapuche, pero araucanizados, como ya he dicho, desde la época de las luchas, primero contra la invasión de los Incas (Tupac Yupanqui comenzó la conquista en el año 1443, tras sofocar la rebelión Aymará del Lago Titicaca y la continuó su hijo Huaina Cápac, que murió en el año 1525) y posteriormente contra los conquistadores españoles (contra la expedición de don Diego de Almagro en el año 1536, y posteriormente contra don Pedro de Valdivia, fundador de Santiago sobre el río Mapocho, en 1541), en que los indios del sur del río Maule, se unieron en Chile para enfrentarlos.-

Rosas pactó con ellos, permitiendo su ingreso a condición de que atacaran a sus enemigos, los Ranqueles.-

Este pacto esta probado e incluso hay una carta en que Callfucura le informa a Mitre casi treinta años más tarde: “También le diré que yo no estoy en estas tierras por mi gusto, ni tampoco soy de aquí, sino que fui llamado por don Juan Manuel, porque estaba en Chile y soy chileno, y ahora hace como treinta años que estoy en estas tierras”.-

Pero los Huilliches, si bien no atacaron a los Ranqueles, dejaron a Rosas más que satisfecho con su accionar.- Dirigieron sus lanzas contra lo Vorogas, sus mortales enemigos durante la llamada guerra a muerte en Chile y además enemigos tradicionales en épocas anteriores.-

Callfucura, desde Chilue, envió sus mensajeros a Rondeau, haciéndole saber que marchaba en paz sus toldos, para comerciar los numerosos productos que traía desde Chile.- Los Vorogas creyeron el embuste.- Los esperaron como amigos, sin precaución alguna.-

Así, los Huilliches. cayeron con sus lanzas en forma sorpresiva, masacrando a los loncos Vorogas, en horas que estos estaban entregados al descanso, sin precaución alguna, pues esperaban la llegada de los Huilliches como comerciantes amigos.- Los Huilliches asesinaron además, a los caciques mayores Mariano Rondeau y Melín oMelian, en lo que la historia conoce como la “Traición de Masallé” (año 1834).-

Finalmente, les robaron su chusma.-

Se salvaron de esta masacre por tener sus toldos más apartados, los caciques Vulta Pincen y Coliqueo, y el cacique mayor Cañiuquir, que tenía los suyos en Guaminí.- Pincen y Coliqueo, buscaron refugio entre los Ranqueles.-

En premio por la matanza, Rosas autorizó a Callfucurá y Namuncurá, a establecer sus toldos en las Salinas Grandes.-Cañiuquir por su parte, se asentó en el arroyo “El Pescado”, cerca de la Laguna de Montes.- Dos años más tarde, Rosas envió a los coroneles Zellarrayán y Francisco Sosa, con los Blandengues de la Fortaleza Protectora Argentina, a sorprenderlo en sus toldos.-

Allí se celebró el combate de “El Pescado”, en que Cañiuquir perdió novecientas lanzas, pero éllogró escapar con casi un tercio de sus hombres.-Pero pocos días después, el 28 de abril de 1936, fue alcanzado nuevamente por las tropas y derrotado totalmente en el Pasaje Llanguill.- Cañiuquir y los trescientos indios que lo acompañaban fueron cercados y acuchillados.- Se tomo prisionera a toda su chusma.-

El cacique chileno Arribano o Moluche (Mapuche) Raylef, decidió vengar la muerte de Cañiuquir.- Entró con veintitrés caciques y capitanejos y más de mil quinientos indios de lanzas chilenos, además de su chusma y dirigió un malón que debi soportar Bahía Blanca, en agosto de 1837.-

Posteriormente se dedicó a malonear en nuestro territorio formando en arreo de miles de cabezas de ganado, robadas en el Sur de Córdoba, Santa Fe y Noroeste de Buenos Aires, tomando además numerosas cautivas, con todo lo que marchó de regreso a Chile.-

Rosas envió sus tropas a enfrentarlo y perseguirlo, por lo que debió desviar su camino, buscando para seguridad la ruta del Río Colorado hasta Neuquén, haciendo alto para descansar y engordar el ganado en el Río Agrio.-

Allí fue sorprendido descuidado por los huilliches de Callfucura, que venian en apoyo de los soldados de Rosas, los que dieron muerte a lanzazos a Raylef y a la mayor parte de sus loncos.- De éstos, pocos lograron huir, debiendo forzosamente para hacerlo tomar el camino al este, donde cayeron en manos de los soldados que venían siguiendo su rastrillada, en su persecución.-

Estas tropas de regreso, atacaron los toldos del hijo de Raylef, José María, en Tapalqué, el que era ajeno a los malones de su padre, dando muerte a unos ochenta indios y tomando numerosos prisioneros.-

Cien moluches fueron enviados presos a Palermo, donde fueron ejecutados por orden de Rosas.-Callfucurá se llevó como premio el ganado robado y además la chusma de Raylef.-

Después de Caseros, Callfucura formó en Salinas Grandes, donde se calculaba que había más de trece mil indios chilenos, en su mayor parte Huilliches, una gran confederación indígena.- Contó para esto con el apoyo de su hermano Renque-Curá (o Reuque-Curá), que se estableció en el centro de Neuquén (entre los tehuelches Manzaneros y los Pehuenches), también con más de dos mil loncos Huilliches.-

En cuanto a los Pampas Puelches o serranos, originarios, estaban reducidos en Buenos Aires a las zonas de Junin, 25 de Mayo, Azul, Tandil y Talalqué.-

El año 1852 Callfucurá hizo notar su poder con un gran malón contra Bahía Blanca y en 1855, con otro contra Azul, en el que dió muerte a más de trescientos pobladores de la región.- Para este ataque,o contó con el apoyo de nuestros Pampas, comandados por sus caciques Catriel y Cachul.-

Después de la derrota a manos de los indios, del General Bartolomé Mitre en Sierra Chica (1855) y del General Manuel Hornos en San Jacinto (1856), Catriel y Cachul, o sea nuestros Pampas, llegaron a un acuerdo con el gobierno de Buenos aires, pacificándose así la zona de Azul y Tapalqué.-

Sin embargo, la denominada frontera siguió azotada por Callfucura, los Pehuenches y los Ranqueles, más los mapuches que cruzaban continuamente los Andes para venir a malonear y robar ganado por su cuenta, o uniendo sus lanzas a las de las otras tribus.-

Callfucura finalmente fue derrotado en su último gran malón, en el año 1872, en que lo venció el general Ignacio Rivas, en la batalla de San Carlos (8 de marzo de 1872), recuperando además la mayor parte del arreo que había levantado de doscientas mil cabezas, principalmente en las zonas de 25 de Mayo y 9 de Julio, con el apoyo de las seis mil lanzas que lo acompañaban.- La batalla se libró en la localidad de Bolivar.- En este malón los indios asesinaron a más de trescientos vecinos y tomaron alrededor de quinientos cautivos.-

En el encuentro combatieron por cada soldado, unos cuatro indios.- Un año después, Callfucura, que salvó su vida huyendo al desierto, moría en Salinas Grandes, de muerte natural.-

Sin embargo, todavía tendría que soportar Buenos Aires otro gran malón de 1876, dirigido por el hijo de Callfucura, Manuel Namuncurá, su sucesor, que no pudo sin embargo tener el poder de su padre sobre otras tribus o etnias.- Así, los Pehuenches neuquinos fueron acaudillados por Purrán, los Ranqueles por Mariano Rosas, los Pampas Serranos por los Catriel y Cachul, los Tehuelches de la cordillera (los Manzaneros de Neuquén), por Sahiuque, y los mapuches, por el voroga Pincén.-

jueves, 20 de mayo de 2010

NUESTRA INTEGRACION TERRITORIAL

Academia Provincial de Ciencias y Artes de San Isidro.-
Conferencia de ingreso como miembro correspondiente de
Roberto Edelmiro Porcel.- 22 de abril del año 2.010.-


I.-

Cuando se habla de la generación del 80 y nuestra integración territorial, el primer nombre que salta a nuestra memoria es el de Julio Argentino Roca, militar, político y estadista por sobre todas las cosas, el hombre que como militar primero y presidente después, llevó adelante la ocupación real y efectiva de todo el territorio nacional.-

En aquella época, nuestra vasta geografía estaba poblada en escasas superficie, tanto en el centro norte como en el sur, por indígenas, que dominaban no obstante miles de hectáreas ociosas.-

En el Norte, teníamos las actuales provincias de Chaco, Formosa, Noreste de Salta y norte de Santa Fe y Santiago del Estero, el llamado Impenetrable, parte del Gran Chaco Gualamba, dominado por nuestros Pueblos Originarios, pertenecientes según D’orbigny a las raza Pampeana, los Guaycurues y Mataguayos y Brasilio – Guaraní, los Chiriguanos.-

En el Sur, trazando una línea desde Mendoza a través del Río Diamante hasta el Salado o Chadileubú, continuando por el río Quinto en su curso por San Luis y Córdoba y el río Salado, desde su naciente en el noroeste de Buenos Aires hasta su desembocadura en el Atlántico, más allá de las poblaciones de frontera o fuertes de avanzada, y teniendo como limite sur el Rio Negro y el Limay, lo detentaban los Ranqueles y aborígenes invasores procedentes de Chile, que ocupaban el mal denominado Desierto y la región de entre ríos Sur.-

Estos últimos se puede decir que eran indígenas recién llegados, causantes del exterminio de nuestros aborígenes originarios, Tehuelches y Pehuenches, que sometían a todos los no eran indios de origen trasandino, o sea Huilliches, Araucanos o Picunches, más allá de que fueran blancos (huincas) o aborígenes (guenaken o gununa kena), haciendo vivir a los que poblaban al sur del ría Salado, sometidos a la constante incertidumbre de su suerte, de su vida o de su muerte, cuando resonaba en la pampa los gritos de sus lanceros y chocaban el suelo los cascos de su caballada, avisando la llegada del malón, asesino y ladrón.-

Ese malón que robaba nuestra riqueza ganadera para negociarla abiertamente y sin vergüenza en Chile, que mataba sin piedad por igual a nuestros sacrificados pobladores, a nuestros pueblos originarios y a los valientes fortineros, que secuestraba sus mujeres y sus niños para esclavizarlos o para venderlos.-

Que cómodo es señores, hoy para algunos, desde la seguridad y tranquilidad del mundo civilizado que nuestros antepasados nos legaron, criticar con mentira y vileza a los que hicieron la Argentina, regando la tierra con su sangre o explorando la misma con el sacrificio de sus privaciones, sus sufrimientos y su coraje.-

Militares como Julio Argentino Roca y sus hermanos Rudecindo y Ataliva, Conrado Villegas, Eduardo Racedo, Nicolás Levalle, Napoleón Uriburu, Hilario Lagos, Lorenzo Wintter, Marcelino Freyre, Salvador Maldonado, Teodoro García, Enrique Godoy, Rufino Ortega, Nicolás Palacios y Manuel Ruybal entre otros destacados jefes que a pesar de sus meritos me veo forzado a omitir nombrar, a exploradores de la talla de Carlos Moyano, primer gobernador de Santa Cruz, Ramón Lista que lo sucedió y murió posteriormente en el Pilcomayo, Luis Jorge Fontana, primer gobernador de Chubut y el grande entre los grandes, el perito Francisco P. Moreno, que impuso gracias a los conocimientos adquiridos en las exploraciones realizadas en su juventud, años más tarde, la teoría de las altas cumbres en el diferendo fronterizo con Chile, contra la tesis de Barros Arana.-

No puedo dejar de mencionar al benemérito marino, explorador y primer poblador de la isla Pavón como prueba de nuestra soberanía en Santa Cruz, don Luis Piedra Buena, al teniente coronel de marina Martín Guerrico, el almirante Rivadavia, el comodoro Py y tantos otros marinos que llevaría largo tiempo enumerar, a lo largo de de esta breve exposición.-

Ellos y nuestros heroicos fortineros y soldados de los cuerpos de línea, hoy olvidados por muchos y lamentablemente muchas veces desconocidos, fueron la cabeza de un gran cuerpo integrado por hombres anónimos para la historia, pero grandes para la patria, que hicieron con su valor y sacrificio, que nuestra azul y blanca flameara en el llamado desierto, en Neuquén, en la Patagonia y en Tierra del Fuego.-

A ellos señores, honor y gloria.--

A ellos y a los que igual misión cumplieron en nuestro Norte.-

Debo citar nuevamente a Luis Jorge Fontana, que dejó uno de sus brazos en el río Pilcomayo luchando con los Tobas, a Carlos O`Donnell, al coronel Olascoaga, a Manuel Obligado, a Juan Sola, a Francisco Bosch, a José María Uriburu, a José Ferreyra, al entonces Cnel. Ignacio Fotherigham, entre varios otros, que hacen que también esta nomina peque de incompleta.-

Fue en el año 1884, con Roca como presidente de la República, cuando su ministro de guerra Benjamín Victoríca, puso fin a la ocupación del Chaco, durante la campaña que dirigió personalmente y culminó con el encuentro de las tropas en Las Juntas del Bermejo y el Teuco, en el cuartel general de Cangayé, quedando abierto el paso para la civilización desde Colonia Rivadavia en Salta, hasta Formosa sobre el río Paraguay y Resistencia sobre el Paraná.-

El territorio de nuestro país, medio país, finalmente se había integrado.-

II.-
Es por eso que hoy llama nuestra atención e indignación, que autoridades de la Nación, Provinciales o Municipales, traten con tanta benevolencia y concesiones, los abusos y ocupaciones que sufre nuestro sur, por parte de los denominados aborígenes Mapuches, de origen trasandino, de raza Ando-Peruana, Rama Araucana.-

Y digo denominados, ya que originalmente se llamaban RECHES, posteriormente se los conoció como AUCAS, más tarde, por Ercilla, se los denominó ARAUCANOS y recién ya entrado el pasado siglo XX, se les dio el nombre de MAPUCHES, tan nuevo para ellos, como nuevos son ellos en nuestra tierra, que reclaman, pretextando falsamente ser originarios.-

Que hay detrás de esto.- Además de un gran negocio inmobiliario, la intención aviesa de crear un territorio propio y soberano dentro de nuestras fronteras, con su propia bandera.-

La reforma constitucional del año 1994, modifico e incorporó al artículo 75, mediante el inciso 17, la concesión de tierras comunitarias, a las comunidades de nuestros olvidados “pueblos originarios”, que hoy solo existen en nuestro norte, mediante el cumplimiento de ciertas condiciones.- Ellas son entre otras, que esas tierras hubieran sido originalmente de sus primitivos ascendientes al tiempo de la conquista y que continuaran en su ocupación efectiva.-

Ahora bien, ¿que es un pueblo originario?

La respuesta nos la da el Convenio Nº 169 de la O. I. T. sobre Pueblos Indígenas y Tribales en países independientes, del año 1989, que siguiendo los parámetros de las normas del Convenio 107 sobre Poblaciones Indígenas y Tribales de 1957, aprobado por ley 14.932, denominó así a “los pueblos en países hoy independientes, considerados indígenas, por el hecho de descender de poblaciones que habitaban en un país determinado o en una región geográfica del mismo, en la época de su conquista y colonización”.-

Por su parte, nuestra Ley Nacional 23.302, sancionada el 30 de septiembre de 1985, sobre Política Indígena y Apoyo a las Comunidades Aborígenes, en su artículo segundo, dispone expresamente: “Se entenderá como comunidades indígenas a los conjuntos de familia que se reconozcan como tales, por el hecho de descender de poblaciones que habitaban el territorio Nacional en la época de la conquista o colonización, e indígenas o indios a los miembros de esas comunidades”.-

El Convenio citado en segundo termino, el Número 169, fue aprobado por el Congreso Nacional por la Ley Nº 24.071, del 7 de abril de 1992.-

Por supuesto, el inciso 17 del artículo 75 de nuestra Constitución, que sancionó medidas de amparo a nuestros pueblos originarios, es posterior a estas disposiciones internacionales y nacionales que determinaron claramente que debe entenderse como pueblo originario de un país .-

Además la ley 26.160, promulgada el 26 de noviembre del año 2006, ratificó que ese amparo es solo para las comunidades “indígenas originarias del país” y respecto de tierras ocupadas tradicionalmente por dichas comunidades, no por un individuo o una familia aislada de esa comunidad.- Nuevamente nos remontamos a la conquista española.-

Finalmente la ley exige que esta ocupación tradicional, actual y pública, deba estar fehacientemente acreditada.-

Por eso señores, es ridículo, absurdo y contrario a derecho, que funcionarios, políticos o autoridades de turno, sean nacionales, provinciales o municipales, sindicatos o entidades de derechos humanos, que los apoyan, califiquen como originarios a los pueblos trasandinos, que no lo son, conforme antecedentes históricos irrefutables.-

Yo me pregunto que interés los mueve, ya que los mapuches violentan nuestra constitución y nuestras leyes, atentan contra nuestra soberanía, ofenden nuestra bandera y no respetan los derechos y garantías que consagra nuestra constitución.- Será tal vez “desintegrarnos” nuevamente.-

Para terminar este punto conviene tener presente que comunidad, “es un conjunto numeroso de personas, unidas por reglas comunes”, concepto más amplio que el “de familia, que es un grupo mucho menor, de personas emparentadas por lazos de consanguinidad o matrimonio”.-

Ahora bien.- En la Argentina hay pueblos originarios.- Por supuesto que sí, son muchos los que aun quedan en nuestro Norte, lamentablemente olvidados por el Estado Nacional y las provincias.- Pero lamentablemente, ya no quedan en el Sur.-

III.-

Hecha esta resumida introducción, veamos cuales fueron nuestros pueblos originarios del sur, para tratar a continuación de los trasandinos que en la actualidad se denominan “Mapuches”.-

Para ello debemos recurrir al auxilio de las noticias de los capitanes de la conquista y sus relatores, de los frailes franciscanos y los misioneros jesuitas, de los exploradores de nuestro territorio, de nuestros pioneros, de nuestros soldados y marinos, que afortunadamente conservamos y tenemos a través de sus archivos, relatos y publicaciones.-

*) Hablaré primero, siguiendo las noticias de Luis De La Cruz en su informe titulado “Descripción de la Naturaleza de los Terrenos que se comprenden en los Andes, poseídos por los Pehuenches”, de los Pehuenches o Peguenches, del noroeste de Neuquén, del Campanario, del Río Agrio, de Barbarco, de la costa noroeste del río Neuquén.-

Entre ellos, el cacicazgo no era hereditario, sino que correspondía a quienes sobresalían por su valor y fortaleza.-

Tenían la misma lengua de los Huilliches chilenos, que Casamiquela califica también como de etnia Pehuenche, no Araucana, a veces sus enemigos, otra sus aliados.- También tenían como enemigos naturales a los Aucas o Araucanos.-

Peleaban de a caballo desde que lo trajeron los españoles, siendo sus armas la lanza, el machetón, la hondas, la bola (piedra recubierta de cuero sujeta con una cuerda larga), la boleadora y el cuchillo que a ninguno le faltaba.-

Cubrían en el combate su cabeza con unos sombreros duros de cuero vacuno y el cuerpo con un coleto del mismo cuero.- Lo habían aprendido del español.-

Eran una nación muy belicosa, de un metro setenta promedio de estatura, robustos, nerviosos y físicamente muy fuertes, más que los araucanos.- Originalmente dolicocéfalos, pintaban su rostro con tintas negras, rojas o azules a veces con guardas blancas.- Su pelo era como el de todo nuestros indígenas, negro y abundante, que sujetaban por medio de una faja sobre la cual calzaban un sombrero.- Su cara era redonda, su nariz chata, su boca chica y bien hecha, sus piernas musculosas, sus pies y manos pequeños.-

Primitivamente vistieron un quillango hecho con cueros cocidos de los animales que cazaban, que reemplazaron en el siglo XVIII por dos mantas de un tejido parecido al barragán, de color azul.- Una la prendían con una faja a su cintura, que les llegaba a la pantorrilla y les dificultaba montar.- La otra es una especie de poncho de la que prescindían al cazar o pelear.- Usaban unas botas hechas de cuero de vaca o de caballo, para lo que les cuerean las piernas al animal.-

Eran grandes jinetes pero a veces para montar o ciertos juegos se ponían unos bragueros de cuero para tener libertad de movimiento.- Les gustaba alhajar su cabalgadura con freno y piezas de plata.-

Sus viviendas fueron siempre toldos de cueros, cocidos entre sí, elevados por horquetones de ramas de árboles plantados en tierra de mayor a menor, de modo tal que permitían escurrirse al agua que al llover caía sobre los mismos.- Dejaban una abertura para la salida del humo de sus fuegos.-

Eran nómades, cazadores y recolectores.- Su principal alimento era la carne, y no sabían de cultivo alguno.-

Estos Pehuenches posteriormente desalojaron a los Puelches del sur del río Diamante, en Mendoza, donde eran pueblo originario, y se instalaron en la región de Malagüe hasta el Campanario, y por el sur de su territorio original, coincidiendo con la época de la expedición de Fray Menéndez (fines del siglo XVIII), posterior al la expedición del Piloto Villarino, unidos a los Huilliches en esta empresa, empujando a los Puelches y Poyas, a la costa sur del río Limay.-

**) Veamos ahora a nuestro otro pueblo originario, el más numeroso e importante, los Tehuelches, de más estatura y corpulencia física.- Su raza y su rama era la Pampeana.-

Los clasificaremos como Septentrionales, a los que habitaban entre los 34 y 41 grados de latitud austral, o sea los Güenaken, también llamados Puelches o Pampas Serranos y los Gününa Kena o Pampas.- Los Pampas a su vez se dividían entre sí, llamándose a los ubicados al Norte Taluhets –los querandíes pertenecían a esta familia-, al suroeste los Dihuehets y al sudeste los Chechehets.-

Eran de elevada estatura.- Su lengua era el Hest.-

Los Meridionales, que habitaban al sur del río Santa Cruz hasta estrecho de Magallanes, o para ser más preciso entre los 39 y 53 grados de latitud austral, llamados Aoniken o Patagones o tehuelhets o tehuelches, de lengua Tsoneka, parecida a la anterior pero más dura, de no menos de un metro setenta y cinco a más de un metro noventa - muchos de hasta 2 metros-, de estatura.- Eran los aborígenes más alto de nuestras tierras.-

Su cabeza era ovalada, más larga que ancha, dolicocéfalos, y su cuerpo corpulento, muy bien formado y proporcionado como el de los Septentrionales.-

Finalmente estaban los Selk’nam, llamados Onas por los españoles, , o sea los Tehuelches Australes, también altos y corpulentos como los meridionales, que habitaban en Tierra del Fuego.-

Los Haus, de la peninsula Mitre, eran iguales pero de menor estatura.-

Estos Tehuelches que ocupaban tan gran extención de territorio, eran sin embargo mucho menos numerosos que los Araucanos.- D’Orbigny, por ejemplo, al escribir “El Hombre Americano”, que se público en 1839, calculaba que los Araucanos eran unos 30.000, los Patagones apenas 10.000 y los Puelches solamente unos 600 individuos, lo que señala una desproporción que fue otro elemento que facilitó la Araucanización de nuestras Pampas.-

Los Tehuelches eran cazadores y recolectores, por consiguiente nómades.- Vivían en toldos de cuero fácilmente transportables, similares a los de los Pehuenches, vestían quillangos que hacían de pieles que cocían entre si, calzando además los del sur una especie de zapatos de cueros cocidos con el que envolvían sus pies dándole un gran tamaño y se cubrían la cabeza con gorros de piel.-

Sus armas eran el arco y las flechas, bolas de una piedra sujeta por una larga soga, boleadoras y cuchillos.-

***) Desde ya que finalmente, sobre la costa sur de la isla grande, estaban los Yaganes, indígenas canoeros de origen Andido-Peruano.-

****) Veamos ahora a los Auca o Araucanos, aborígenes chilenos también de origen Andido Peruana.-

Muchos historiadores y antropólogos indican que procedían del Collasuyo, razón por la cual sus características físicas tienen mucho en común con el Aymara.- Hoy su denominan Mapuches.-

Penetraron a nuestro territorio para asentarse en el mismo durante y después de la guerra a muerte en Chile (1818/1824), es decir a partir del siglo XIX, si bien para malonear lo hicieron desde mediados del siglo XVIII y sus relaciones comerciales con nuestros tehuelches comenzaron a fines del siglo XVII.-.-

Don Tomas Guevara, estudioso de la etnias que poblaron Chile, en su libro “Historia de Chile – Chile Prehispano”, dice que originalmente descendieron del Collasuyo Inca , expulsados por las guerras con los habitantes del Antisuyo con los del Chinchasuyo, y nos marca las siguientes características físicas , muy distintas a la de nuestros aborígenes sureños : Cabeza y cara redonda, frente cerrada, cejas rectas y poco pobladas, ojos pequeños, cabellos negros lisos y largos, nariz baja y ancha, boca dilatada con labios abultados, frente cerrada, barba corta (se la arrancaban), cuello corto, pecho ancho, fuertes los bazos y las piernas que tenían un desarrollo voluminoso pero corta extensión (desproporcionada) comparada con su torso, complexión robusta, manos y pies pequeños y redondeados, piel morena, dedos gruesos.- Su estatura media es de un metro sesenta, midiendo los más altos hasta un metro setenta centímetros .- D’Orbigny dice que median entre un metro sesenta y dos, la mayoría, a un metro setenta , y sus mujeres alrededor de un metro cincuenta (coincide Guevara).-

Eran cazadores, recolectores y agricultores.- Por eso eran sedentarios y vivían en Rucas cuadradas o redondas, de piedra o madera según la región, generalmente con dos puertas y una abertura en el centro para dar salida al humo.- de su fuego.-

Su territorio, el Arauco, estaba perfectamente delimitado en lo que es hoy Chile, por el Río Bio Bio, que desemboca en el Pacífico a la altura de Concepción y Talcahuano, al Norte, el Río Toltén al Sur, el Océano Pacífico al Oeste, y los Andes al Este.- Es decir, un territorio que dividió en dos, hasta 1883 en que se produzco su conquista definitiva, a la República de Chile.-

A su vez, dentro del mismo, quienes habitaban en la costa se denominaban Costinos, los del centro Abajinos, los que se recostaban contra la cordillera Arríbanos o Moluches, y desde el Cautín al Sur (en la zona del Río Imperial), Vorogas o Boroganos.-

Buenos guerreros, resistieron la invasión de los Incas y posteriormente aprendieron de los españoles el arte de la guerra.- Con la aparición del caballo, que adoptaron, usaron una larga lanza de caña de varios metros, que llevaban arrastrando su mango por el suelo durante sus jornadas.-

Hoy, repito, se denominan Mapuches y pretenden en nuestro país derechos que no tienen.- A principios del siglo veinte nos dicen Outes y Bruch en su libro “Los aborígenes en la República Argentina”, no pasaban de algunos cientos.- Hoy superan la cantidad de 130.000 individuos, que no tienen los que más, más de tres o cuatro generaciones en Argentina.-

Sus vecinos en Chile, al Norte eran los Picunches, al sur los Huilliches y al Este, en Argentina, tras los Andes, nuestros auténticos aborígenes, los Tehuelches Septentrionales, llamados Guenaken, más conocidos como Pampas Serranos o Puelches, que convivían en la zona del Nahuel Huapi con los Poyas, también Tehuelches.-

Los Moluches, con el apoyo de patriotas chilenos y un cañón, habían vencido en 1821 a nuestros Tehuelches, en el combate de Choele Choel, matando a sus caciques y arrojándolos al Sur de Río Negro y a la provincia de Buenos Aires.-

Al año siguiente, los Vorogas, vencidos en la guerra a muerte en Chile, fugaron con toda su gente a nuestro país conjuntamente con los guerrilleros realistas del coronel Pincheira, dedicándose primero a talonear, pero en 1828 se afincaron en la zona de Puan, Guaminí y la Laguna de Montes, expulsando nuevamente a nuestros Pampas de esa región, al interior de la provincia, y lanceándolos nuevamente el 1830, a los que estaban en la Sierra de la Ventana y Curamalal.-

Finalmente, en 1834, don Juan Manuel de Rosas le permitió entrar a los lanceros Huilliches de los hermanos Calfulcurá y Namuncurá, a condición, que no cumplieron, de que atacarán a los por él muy odiados Ranqueles.- No lo hicieron, pero en cambio en Masallé masacraron a los Vorogas de Rondreau y Melín y dos años después en el río Agrio a los Moluches de Raylef.- Por estos hechos, Rosas les permitió asentarse en Salinas Grandes.- El resto de la historia todos la conocen.-

Es así como en el siglo XIX se comenzó a producir el asentamiento en el mal llamado desierto, de los pueblos trasandinos, expulsados durante la campaña del desierto de 1879 y las campañas de Neuquén de 1881 y 1883.-

La mayor parte pasó nuevamente a Chile, donde vencidos también con el ejercito de ese país (campaña de 1883), algunos regresaron pacíficamente a asentarse en la Argentina.- Con esos araucanos, los descendientes de los de la época de la conquista, no tenemos problemas.- Se sienten lo que realmente son, argentinos.-

No ocurre igual con los llegados en los últimos sesenta años, que pretenden aquí y por que no decirlo, también en Chile, de donde vinieron, derechos de pueblos Originarios.-

Aprovechan la falta de autoridad y el desorden que hay actualmente en nuestro país para reprimir los abusos, el desconocimiento de mucha gente y el desinterés de autoridades y políticos.-

Van continuamente ocupando fracciones importantes de campo, vulnerando el derecho de propiedad de sus legítimos dueños, incluso en fracciones de Parques Nacionales y terrenos del ejército, reclamándolos como propios, que no lo son ni lo fueron nunca.-

No se consideran actualmente ni argentinos ni chilenos, sino Mapuches.- En forma insolente han llegado a bajar nuestra bandera para izar la suya, creada hace apenas algo más de una veintena de años.-

Pretenden crear un Estado Mapuche en territorio Argentino.-

Señores, debemos tomar conciencia de lo que esta ocurriendo y reaccionar como lo están haciendo muchos pobladores de nuestro sur.- En Chile, donde son realmente originarios, el gobierno ya lo han hecho.-
Dr. Crespo Montes, señores Académicos, señores, les pido disculpa por haber ocupado esta tribuna para una conferencia que va más allá de lo que corresponde a una presentación académica.- Me he dejado llevar por mis sentimientos y mi indignación ante los hechos que acabo de exponer.-

Pero no debemos permitir la desintegración, ni grande ni pequeña, del territorio que nos legaron con sacrificio y sangre nuestros antepasados.-

Muchas gracias.-

miércoles, 19 de mayo de 2010

Palabras del Dr. Roberto Edemiro Porcel con motivo de los festejos del Bicentenario de la Revolución de Mayo


Palabras del Presidente de la Mesa del Senado del Jockey Club, Dr. Roberto Edelmiro Porcel, en la comida del 6 de mayo del 2.010, de adhesión a los festejos del Bicentenario.-

Nuevamente, en este festejo de nuestro Bicentenario, la celebración de la fecha de la Patria nos encuentra reunidos con los Patricios, Regimiento que tuvo un rol principal y decisivo, en la incruenta Revolución de Mayo.-

En realidad, España, a partir de Carlos II, demostraba continuamente sus falencias para defender el Río de la Plata, cuando no su desinterés por territorios del mismo.-

Cuando los portugueses se establecieron sobre el estuario, en la Colonia de Sacramento, en 1680, y el gobernador José de Garros los venció y expulsó, fue la temerosa Corte de Madrid la que ordenó que se les devolviera.-

Fernando VI, casado con una Braganza, cedió graciosamente a Portugal en 1750, por el tratado de Madrid, los territorios de las siete misiones orientales, es decir las tierras situadas entre la costa este del Río Uruguay y el océano Atlántico y por el sur, desde un poco más al norte de Maldonado.-

Fue más lejos aún.- Los guaraníes de las misiones no aceptaron someterse a Portugal y se defendieron, no permitiendo la entrada de los portugueses.- Mandó entonces el rey las tropas de Buenos Aires, al mando del gobernado Andonaegui, para que los sometieran y entregaran los territorios cedidos a Portugal.- Fue la famosa guerra guaranítica que se prolongó hasta 1756, producto del tratado de límites de Madrid.-

Cuando Cevallos fue gobernador de Buenos Aires, Carlos III anuló el tratado.- Ceballos recuperó la Colonia, donde venció también a una flota inglesa que trató de apoyar a Portugal, recuperó los fuertes de Santa Teresa y San Miguel y llegó hasta el Río Grande.-

Pero su campaña de poco sirvió.- España se adhirió al tratado de París de 1763 y le ordenó nuevamente devolver únicamente Colonia a Portugal.-

Los Portugueses no cumplieron el tratado, y usurparon la costa norte del Río Grande, intentando avanzar, pero el gobernador Bucarelli estaba más ocupado en 1767 de echar a los Jesuitas que de defender el Río Grande.-

Su sucesor, el gobernador Vertiz, realizó una excelente campaña militar ocupando el puerto de Santa Tecla, donde se enteró que desde Río mandaban una fuerte expedición militar para tomar el Río Grande, lo que Portugal logró recién en 1776.-

Vertiz sólo pudo hacerse fuerte en San Miguel y Santa Teresa para evitar que siguieran adelante.-

Cuando Cevallos, el primer Virrey, llegó al Río de la Plata ese mismo año de 1776 con 9.000 soldados, 96 buques mercantes y 20 navíos de guerra para recuperar Colonia de Sacramento y Río Grande del Sur, recibió orden de frenar su empuje y conformarse con la ocupación de la Colonia.- España firmó el tratado preliminar de límites de 1.777.-

Vemos por consiguiente que nuestros territorios eran vastos, nuestras defensas precarias, el apoyo de España escaso o nulo y que se priorizaban siempre los intereses de la península sobre los del Río de la Plata.-

Volvamos atrás.- Por la Real Ordenanza de 1771, se estableció el Fijo de Buenos Aires.- Lo formaban tropas veteranas de españoles peninsulares, un Regimiento de Infantería, con 1.400 plazas, uno de Dragones, con 650 y una compañía de artillería con 100 soldados, que tenían la misión de defender el territorio contra las ambiciones portuguesas e inglesas, contra los corsarios ingleses, holandeses y franceses.- Entiéndase.- No defender solo a Buenos Aires, defender el Virreinato.-

En 1774 se reforzaron estas fuerzas por las graves razones antedichas.- La infantería primero fue traida de Galicia, la reemplazó el regimiento de Saboya, posteriormente el de Extremadura, el de Burgos y así sucesivamente.- Otro tanto ocurría con los Dragones.-

Pero este sistema de relevos periódicos (cada dos años), fracasó totalmente.- El traslado demandaba mucho tiempo -tres meses de navegación- y producía bajas en el viaje, deserciones al llegar, y necesidad de aclimatación de la tropa.- Súmese a esto la necesidad de sus traslados al interior, como ocurrió en 1781 con el levantamiento de Tupac Amaru.-

Es verdad que se había creado en Santa Fe, Buenos Aires y Montevideo, el cuerpo de Blandengues, con 1600 hombres, que tenía infantería y caballería.- Pero su misión era otra, de la que no podían ser distraidos.- Cuidar la frontera del indio.-

Vertiz estableció para frenarlos una frontera con fortificaciones.- Constaba de seis fuertes en Chascomús, Ranchos, Monte, Lujan, Salto, y Rojas, con 100 hombres en cada uno y cinco fortines con 17 soldados en Lobos, Navarro, Areco, Mercedes y Melincué.- Pero estos fuertes y fortines no eran tales, sino un rancherío para cuarteles con un mangrullo, rodeados simplemente por un cerco de “palo a pique”, ya que se entendía que los indios carecían de armas de fuego y la misión de los soldados era salirles al cruce a la ida o vuelta, para enfrentarlos a campo abierto.-

Sí eran verdaderos fuertes los que quedaron en la ruta de los portugueses por el Atlántico, Santa Teresa y San Miguel.-

Montevideo, el puerto de aguas profundas más importante del Virreinato, aunque con muchos defectos, era una verdadera ciudad amurallada.-

Pero el fuerte de Buenos Aires no servía más que para cuartel, asiento del Virrey, de la Real Audiencia y la Real Hacienda, pero no para defender la ciudad.- Buenos Aires especulaba con la poca profundidad del río, que hacía casi imposible un bombardeo por naves poderosas.- Además desde él, no se podía cañonear hacia el interior, donde estaba la ciudad como freno de sus tiros.-

El fijo estaba mal armado, mal equipado, con sus hombres mal pagos, con escasa munición, mal uniformado, sin buena caballada.-

Se recurrió a las milicias para fortificarlo, pero no había oficiales para instruirlas.- Además sus practicas eran escasas y su preparación y armamentos malo.-

¿Podía entonces España, con una Inglaterra dueña de los mares, prestar socorros al Virreinato apetecido por ella y por Portugal?.- Por supuesto que no.-

Según un censo que efectuó Sobremonte en 1804, en el Río de la Plata debía haber 4.400 soldados veteranos.-Solo contó 2.050 y de ellos muchos en el interior.-

Así nos sorprendió la primera invasión inglesa.- Ya cuando España en 1805 entró en guerra con Inglaterra, a raíz del injustificable hundimiento en plena paz de la Mercedes y apresamiento de las otras tres fragatas procedentes de Buenos Aires, frente al puerto de Cádiz, Sobremonte previno al monarca que el Río de la Plata no estaba en condiciones para defenderse con éxito de una invasión de los ingleses.-

Corría el mes de septiembre del año 1806.- Don Santiago de Liniers, designado comandante militar y político de esta plaza, tenía plena conciencia de que los Británicos, que no habían abandonado el Río de la Plata después de rendirse en Buenos Aires el 12 de agosto de 1806, intentarían invadirnos nuevamente.-

Por lo ya visto, había que descartar cualquier tipo de ayuda proveniente de la península.- No quedaba por consiguiente otra solución, que crear cuerpos de ejército para poder enfrentarlos y entre ellos regimientos de criollos, mal que le pesara a España.- Téngase presente que incluso hasta el reinado de Carlos IV, los hijos de oficiales españoles nacidos en territorio americano, no podían instruirse en la madre patria como oficiales en el arte de la guerra.-

La necesidad hizo que naciera la Legión de Patricios Voluntarios de Buenos Aires, integrada por porteños y conjuntamente con ella otros cuerpos también formados con españoles americanos.-

El 6 de septiembre de 1806, reunida la juventud porteña que integraría su oficialidad en el Consulado de Buenos Aires, don Cornelio Judas Tadeo Saavedra fue designado para comandarla.- Además fue nombrado Jefe de uno de sus tres batallones.- Los otros quedaron a cargo del comandante don Esteban Romero y del comandante Domingo Urien respectivamente.-

Sin que ellos lo supieran, pocos días más tarde, al formarse el cuerpo con 1.595 plazas, nacía para la historia el ejército de la futura patria.-

En octubre de ese año, un decreto del Virrey marqués Rafael de Sobremonte, ratificaba a Saavedra como comandante de dicha Legión y le confería el grado de teniente coronel.-

Derrotados definitivamente los ingleses en 1.807, los cuerpos y/o tercios subsistieron por necesidad, en la seguridad de que los Británicos reintentarían la fracasada conquista o la intentarían los portugueses que también apetecían estas tierras.-

Pero los españoles peninsulares desconfiaban de los cuerpos integrados por criollos, y en forma reiterada, so pretexto de que hacían falta para la agricultura, y trabajos artesanales, tarea que ellos no realizaban, solicitaron sin éxito a Liniers su disolución.-

Don Francisco Javier de Elio, gobernador de Montevideo, donde el poder peninsular era más fuerte del que podían ejercer en Buenos Aires, se levantó contra Liniers, cuya autoridad desconoció, y creó una Junta de Gobierno similar a las de España, poniéndola bajo la dependencia directa de la de la Junta de Galicia.-

Los españoles peninsulares de Buenos Aires, a cuya cabeza estaba don Martín de Alzaga y el obispo Benito de Lué y Riega, comenzaron a conspirar, para derrocar a Liniers y establecer una Junta integrada solo por “Españoles Peninsulares”.-

Pretextaron para ello que Liniers era francés, estando España enfrentada a Francia y el casamiento de su hija Carmen Liniers Sarratea con don Juan Perichón, que aunque siempre desde niño había residido en Buenos Aires, era por nacimiento también francés.-

La conspiración se hizo pública.- Los peninsulares se reunían para prepararla noche a noche, en la casa de los capitulares, de Alzaga, de Villanueva, de Santa Coloma, de Leyva, o en la residencia episcopal.-

Poniendo en marcha la sedición, los cabildantes se presentaron el 31 de diciembre a la media noche en la casa particular del Regente de la Audiencia, pidiéndole confirmara a los nuevos integrantes del Cabildo designados por ellos, por considerar que la autoridad de Liniers había caducado, como consecuencia del casamiento de su hija.-

La Audiencia, convocada de urgencia, resolvió que la autoridad del virrey seguía plenamente vigente y que era él quien debía ratificar a los nuevos cabildantes.-

Alzaga y los suyos decidieron entonces esa madrugada del 1º de enero de 1809, fecha en que correspondía proceder al cambio de los cabildantes, poner en marcha su movimiento sedicioso.-

Liniers fue anoticiado de lo que estaba ocurriendo por Saavedra y los jefes militares que le respondían, don Gerardo Esteve y Llach, don Pedro Andrés García, don Francisco Ortiz y Ocampo y don Martín Rodríguez.-

El día anterior al de estos sucesos, los españoles peninsulares, para asegurarse el resultado, repartieron entre los jefes de los regimientos complotados, los cuerpos de Gallegos, Vizcaínos y Catalanes, cartuchos y balas para toda su tropa y los ex integrantes de dichos cuerpos.-

Por su parte, los criollos partidarios de mantener al virrey Liniers, se convocaron en sus cuarteles a las seis de la mañana del día 1º.-

Fracasado el primer intento de desubicar al Virrey, don Esteban Villanueva, mano derecha de Alzaga, pidió Junta a los gritos en la plaza.-

Como estaba programado, entraron entonces a la Plaza de la Victoria, tocando generala y al son de sus tambores, los cuerpos peninsulares de Catalanes, Vizcaínos y Gallegos, formando en orden de combate frente a las casas capitulares, ubicándose en la torre del cabildo y cubriendo con sus guardias las cuatro bocacalles de acceso, de modo tal de tener el control de ingreso a la plaza.-

Saavedra entró entonces con un batallón de Patricios al fuerte, por la puerta de Socorro y cubrió todos sus puestos defensivos.-

Contestó a una diputación del cabildo que fue a invitarlo a plegarse, que él no reconocía más autoridad que la del virrey.-

Pero además dejó dos batallones de Patricios en armas en su cuartel e instruyó a Ortiz de Ocampo, que estaba con sus Arribeños en “La Merced”, que ocupara la “Casa de Mistos”, ubicada frente al convento de las Catalinas, y el Parque de Artillería, lo que éste hizo con premura y tan a punto, que cuando Jacobo Adrián Varela (Segundo Jefe del Cuerpo de Gallegos) quiso ir a ocupar la Casa de Mistos con sus Granaderos, tuvo que desistir de su intento y volver a la plaza.-

Cuando José de Fornaguera, coronel graduado, también peninsular, intentó con cien hombres tomar el Parque de Artillería, el comandante don Gerardo Jaques se lo impidió.-

Cuando el obispo Lué y Riega, que estaba en la Sala Capitular, marchó al fuerte, pudo constatar que éste estaba bajo el dominio de los Patricios.- Se ofreció entonces como intermediario de las partes, para tratar de arribar a una solución sin derramamiento de sangre.-

Solicitó a Liniers y a Saavedra con tono de súplica, que los Patricios volvieran a su cuartel para evitar comprometer al pueblo en un entredicho sangriento, comprometiéndose a su vez que si así lo hacían, todo terminaría. -

Saavedra aceptando el trato le manifestó:
“Ilustrísima, he de salir no por la puerta del socorro, sino por la del Fuerte, y por la plaza me he de dirigir al cuartel y en él he de esperar órdenes de S.E. (Liniers), caso que las tropas formadas en la plaza no la dejen desembarazada y permanezcan con ella”.-

Lué a su vez, se dirigió al cabildo, a comunicar a los demás conjurados lo convenido.-

Saavedra con los Patricios encolumnados y con las armas en la mano listas para defenderse si eran atacados, se dirigió a su cuartel, uniéndosele en su marcha, los Montañeses y los Artilleros de la Unión.-

Además los Húsares, en Retiro y los Pardos y Morenos en Monserrat, estaban sobre las armas, listos para apoyar a Saavedra.-

Lué y los españoles peninsulares no cumplieron el acuerdo.- Las tropas de Gallegos, Vizcaínos y Catalanes permanecieron en la plaza en formación de combate mientras ellos eligieron a los integrantes de una Junta de Gobierno, en la que como ya he dicho no figuraba ningún criollo.- Una vez designada fue transcripta el acta en los libros capitulares y sus integrantes se trasladaron al fuerte a exigir la renuncia del virrey, acompañados del obispo, los oidores, los miembros del tribunal de cuentas y algunos vecinos.-

Eran en total unas veintiocho personas las que ingresaron para presionar a Liniers, diciéndole que esa era la voluntad del pueblo, que ellos representaban y que ya estaba todo convenido.-

Saavedra, sabedor de lo que estaba ocurriendo, decidió entonces marchar con las tropas a la plaza, en pie de guerra.-

Lo hizo no solo con los Patricios, que marcharon al frente, sino también con los Montañeses, los Arribeños, los Pardos y Morenos, los Húsares, los artilleros de la Unión y los carabineros de Rivadavia.-

El iba a la cabeza, acompañado por Martín Rodríguez.- Cada batallón marchaba con su jefe al frente, desplegando sus columnas en batalla sobre la recova, con ocho piezas de artillería que de inmediato se montaron.- El cuerpo de Andaluces, que había permanecido hasta ese momento en sus cuarteles, salió de los mismos para formar junto con los leales reforzando el ala derecha.-

Así, dejando a las tropas enfrentadas, delegó Saavedra el mando provisoriamente en Juan José Viamonte, sargento mayor de Patricios, para dirigirse en compañía de los demás jefes de cuerpos a la fortaleza.-

Entraron al salón cuando el escribano del cabildo ya estaba en la tarea de labrar el acta de renuncia de Liniers.- Al verlos, el obispo Lué, evidentemente muy nervioso, fue el que entre los presentes tomó la palabra y dijo:

“Señor comandante, demos gracias a Dios; ya todo está concluido. - S.E. ama mucho a este pueblo y no quiere exponerlo a que por su causa se derrame sangre en él. –Ya ha convenido en abdicar el mando y se está extendiendo el acta de esta abdicación”.-

La respuesta de Saavedra fue tajante: “Señor ilustrísimo, ni yo ni mis compañeros hemos causado esta revolución; los autores de ellas y sus cooperadores serán los que desean la efusión de sangre; he dicho y vuelvo a repetir que no hay causa justa que cohoneste la violencia que se hace a este señor”.-

Lué insistió: “Señor comandante, por Dios, el pueblo no quiere que continúe mandando S.E.”-

Saavedra contestó: “Esa, señor ilustrísimo, es una de las muchas falsedades que se hacen jugar en esta comedia; en prueba de ello, venga señor Liniers con nosotros, preséntese al pueblo, y si éste lo rechazase o dijese no querer su continuación en el mando, yo y mis compañeros suscribiremos el acta de su destitución”.-

Saavedra tomo del brazo a Liniers diciéndole: “Vamos, señor, preséntese V.E. al publico y oiga de su boca cual es su voluntad; la noche se acerca y es conveniente quede esto disipado antes que sus sombras nos cubran”.-

Saavedra salió entonces con Liniers a la Plaza, donde las tropas y el pueblo que ya había podido ingresar lo
escucharon y vieron, empezaron a gritar: “¡Viva don Santiago Liniers!, no queremos ni consentimos en que deje de mandar”.-

Viendo lo que ocurría, los sediciosos, el escribano y el obispo se retiraron rápidamente del fuerte.-

Liniers le ordenó a Saavedra desarmar a los regimientos peninsulares, que se mantenían en formación, usando de las armas si era necesario, tarea que realizaron de inmediato las tropas leales, intimándoles de viva voz previamente dos veces rendición-

No fue necesario usar la fuerza.- Los integrantes de los cuerpos peninsulares arrojaron sus armas al suelo o se las entregaron a las tropas leales, retirándose presurosos a su casas, sin pasar siquiera por sus cuarteles.-

Desde ese día, los españoles peninsulares no tuvieron más jefes, tropas, armas, banderas ni cuarteles.-

A la noche, ya todo era quietud en la ciudad.- Mayo, un año y medio más tarde sería una revolución incruenta, decidida por Saavedra, comandante de Patricios y de todas las tropas criollas, el día 18 , cuando mandado llamar -estaba en San Isidro- contestó a la consulta de los patriotas sobre si debían actuar:

“Señores, ahora digo yo que no solo es tiempo, sino que no se debe perder una sola hora de tiempo”.-

Y el día veinte, al ser convocado por el Virrey Cisneros con los demás jefes militares, para preguntarles: “Señores, están resueltos a sostenerme en el mando como lo hicieron el 1º de enero de 1809 con Liniers”.-

Saavedra le respondió: “Señor. Son muy diversas las épocas del 1º de enero de 1809 y mayo de 1810, en que nos hallamos.-- No queremos seguir la suerte de España, ni ser dominados por los francesas.- Hemos resuelto reasumir nuestros derechos y conservarnos por nosotros mismos.- El que a V.E. dio la autoridad para mandarnos ya no existe, por consiguiente V.E. tampoco la tiene ya.- Así que no cuente con las fuerzas de mi mando para sostenerse en el”.-

Aun no se había reunido el Cabildo abierto del 22 de Mayo, pero ya el triunfo de la revolución era un hecho indiscutido, que se concretaría recién el día 25, con la creación de la Primera Junta de Gobierno, presidida por Saavedra, como jefe militar del movimiento.-

Señores, con estos antecedentes me permito afirmar ante sus actuales jefes, que el Regimiento de Infantería 1 “Patricios”, fue como ellos sostienen, “La Espada de Mayo”, que empuño don Cornelio Saavedra para darnos la patria.- A partir de ese momento, siempre que fue necesario dio su sangre por la misma.-

viernes, 7 de mayo de 2010

“EXPEDICIONES AL CHACO GUALAMBA DE LOS PORCEL DE PINEDA”

(Conferencia de Roberto Edelmiro Porcel, en el V Encuentro Nacional de Sociedades de Historia de Bolivia, en Tarija, el 30 de octubre del 2.004, al que concurrió en representación de la Academia Argentina de la Historia)

En la historia de Tarija, don JUAN PORCEL DE PADILLA, heredero universal de Luis de Fuentes y Vargas, Caballero de la orden de Santiago, Corregidor y Justicia Mayor de la ciudad, Gobernador de la provincia de Los Chichas, fundador de la Vega de la Nueva Granada o la Ciudad de las Torres en el valle de Salinas, es figura conocida.-

No ocurre lo mismo, con los PORCEL DE PINEDA.-

Cuando don JUAN PORCEL DE PADILLA firma en 1614 con el marques de Montesclaros, don Juan de Mendoza y Luna, su pariente, virrey que fue del Perú, las capitulaciones reales para sí y para su hijo menor don JUAN PORCEL DE PERALTA, publicadas en mi libro “Documentación Inédita de Tarija y su Jurisdicción – Siglos XVII y XVIII”, para poblar una ciudad de 60 vecinos españoles en las tierras de los “Chiriguanos”, en el Valle de las Salinas, se preocupa de rodearse de buenos oficiales, conociendo la ferocidad como guerreros, de los naturales guaraníes, sus pobladores.-

Es así que convoca, como surge del acta notarial levantada el 6/07/1616 por el escribano Público y de Cabildo Juan de Segovia, de la muestra de la entrada efectuada ante Martín de Ormache, Teniente de gobernador de Potosí, en Tarija, en la iglesia de San Agustín, como su segundo y maestre de campo, a don Lope Ruiz de Gamboa y como sargento mayor, tercero en el mando, al capitán don JUAN PORCEL DE PINEDA, que lleva consigo en la marcha, a su hijo JOAN .-

Este último quizá sea el JUAN PORCEL, Chanciller de la Audiencia de la Plata, cuyo sello y firma encontré revisando fallos de ese tribunal de mediados del siglo XVII, casado con doña María Zúñiga, que falleció en Tarija el 28/10/1667, conforme partida del libro de defunciones de la parroquia de San Bernardo.-
Debemos sin embargo aclarar que si bien los españoles fueron conquistadores, la misma calificación corresponde a los chiriguanos, carios procedentes del Río Paraguay, que se instalan de sur a norte desde el Bermejo hasta el Río Grande o Guapay, y de este a oeste desde el Chaco Gualamba, hasta los valles de las estribaciones de la cordillera andina, región denominada cordillera chiriguana.-

Los PORCEL DE PINEDA se afincaron en esas tierras Chiriguanas, a las que hasta ese momento el español no tenía posibilidades de ocupar ni usufructuar.-

En efecto, otro hijo del sargento mayor JUAN PORCEL DE PINEDA, el maestre de campo don DIEGO PORCEL DE PINEDA, conocido como “Porcel el viejo”, que intervino en la fundación de Bermejo - hoy La Capilla-, instaló su estancia sobre el mismo Río Bermejo, sin que la nación chiriguana lo hostigara ni tratara de impedirlo.-
Es más, se convirtió en protector y caudillo de los chiriguanos de la zona..- Estos le tenían gran respeto por el prestigio que había adquirido, suficiente para imponerse por si mismo frente a los indígenas.- El logró que los chiriguanos integraran bajo su mando, como auxiliares, los tercios de Tarija y con ellos marchó más de una vez al Chaco Gualamba, contra otras tribus, acompañando entradas punitivas de españoles o protegiendo entradas evangelizadoras de misioneros, causando terror a otras naciones indígenas por la bravura de sus “querembás”.-

Allí también se estableció su hijo DIEGO PORCEL, “Porcel el mozo” para los españoles, “Charabussú” para los naturales, apodo que recibió por haber muerto en batalla a un cacique de este nombre.-

Continuó este entre los naturales, el dominio que tuvo sobre ellos su padre, que ganó por prestigio propio.- Por ello, fue fundamental su apoyo y su ayuda para los misioneros jesuitas en tierras chiriguanas y a él se debe en gran parte, como veremos, la posterior entrada de los padres de la orden, en territorio de Santa Cruz de la Sierra.-

A su muerte, ya no tuvieron más los tarijeños otra persona capaz de dominar a los hijos de la nación guaraní.-

Repasaremos brevemente sus hazañas, de la mano de las historias y narraciones escritas en la época, por distintos padres jesuitas, contemporáneos de los mismos.-

Pero antes debo recordar a otro hermano de JOAN Y DE DIEGO PORCEL DE PINEDA, Don PEDRO, de quien dice textualmente el historiador Federico Avila en su libro: “Don Luis de Fuentes y Vargas y Fundación de Tarija”: Y fue otro hijo de don Juan, don PEDRO PORCEL DE PINEDA, quien en 1685, con la colaboración de los jesuitas, llevó los pendones Tarijeños hasta más de las cien leguas hacia el oriente. –

Ahora bien, el padre jesuita y gran historiador Pedro Lozano, autor del celebre libro “Descripción Corográfica del Gran Chaco Gualamba”, editado en Cordoba en1733, nos relata que para castigar correrías de los naturales ocurridas en 1670 y 1671, se juntaron las fuerzas de Xuxuy, Salta y Esteco, de la gobernación de Tucumán, y las de la Villa de Tarija.- Cada una de ellas tomó una derrota diversa.- El tercio de Xuxuy, con 60 bocas de fuego y los más soldados bisoños, marchó al río de los Ocloyas (Omaguacas), para rastrear al enemigo, y el 26 de agosto se juntó en el río Santa Rosa con el tercio de Tarija, que comandaba el sargento mayor don DIEGO PORCEL DE PINEDA, compuesto por 50 soldados españoles, 1 capellán y 150 indios chiriguanás amigos.-

Un nativo traidor, de la nación Mataguaya, los llevó el 7 de septiembre a un lugar sobre la margen del río Grande del Chaco, donde fueron rodeados por 500 mataguayos, tobas y mocovies, que le tenían preparada una emboscada.- Los Chiriguanás se habían adelantado un cuarto de legua, pero oyendo las flautas y cornetas de la indiada enemiga, regresaron corriendo al campo, sin esperar orden alguna, bien predispuestos a la pelea.- De inmediato fueron en su amparo el sargento mayor Porcel de Pineda y el capitán Lavayen con sus compañías, huyendo pese a su número y la ventaja de la sorpresa el enemigo, al otro lado del río, donde fueron perseguidos por 31 chiriguanás, que sin apoyo alguno, ya que los españoles no podían cruzar con sus corazas y armas por lo pantanoso de la costa y profundo de las aguas, combatieron contra 200 mocovies por más de tres horas, hasta que cayó la noche, sin que los molestara la desigualdad numérica y sin más bajas de su parte, que varios heridos.-

Al día siguiente, mientras los españoles fortificaban el lugar, estableciendo un fuerte que llamaron Guadalupe, los tobas pidieron paz a través del padre Gregorio Millán, capellán del tercio tarijeño, pero sin esperar respuesta, se dieron a la fuga, como así también los demás naturales, siendo todos los enemigos perseguidos días después, con el refuerzo de los recién llegados tercios de Esteco y Salta, hasta la tierra de los Vilela, pero como comenzaron a subir las aguas por ser época de lluvias, el maestre de campo Juan de Amusategui licencio los tercios que regresaron a sus ciudades, dando fin a la entrada.-

Narra también el padre Lozano, que el 20 de abril de 1683, los misioneros jesuitas partiendo de Salta, iniciaron una nueva entrada al Valle de Centa, con el padre Diego Ruiz a la cabeza, acompañado por el padre Juan Antonio Solinas, que dominaba la lengua guaraní .- Allí se les unió el sacerdote don Pedro Ortiz de Zarate, vicario eclesiástico de la ciudad de Xuxuy, con 24 españoles y 40 indios amigos, continuando todos hasta el río San Martín.-

El 20 de mayo llegaron a lo que fue el fuerte del gobernador Martín de Ledesma, un sitio inhabitable, plagado de mosquitos.- El 25 de mayo se encontraron con indios de las parcialidades Ojotaes y Taños, que se comprometieron a traer a sus caciques.-

Los Ojotaes, aparecieron pacíficamente con su curaca, pero eran casi todos hombres, sin sus mujeres, que no las tenían por habérselas robado poco tiempo antes los Chiriguanás.-

El 1º de junio llegó el embajador de los Taños, sin el cacique, pero también con mensajes de paz y sometimiento.-

Sin embargo, a pesar de los progresos, los padres estaban preocupados por los tobas, de los que recelaban, esperando la llegada de DON DIEGO PORCEL que marchaba con los Tarijeños, que ellos consideraban fundamental, ya que los indios de la región temían más que nada a los Chiriguanás que venían con su tercio.-

Dice textualmente el padre Ruiz en su carta al provincial de la orden: “Ya estamos en que estas naciones más temen a los Chiriguanás, que a cuantos españoles puedan entrar, y por esto el señor don Pedro -Ortiz- nos ha entrado por aquí a espaldas de don DIEGO PORCEL, que es a quien los Chiriguanás obedecen, y no por Xuxuy, porque por allí, aunque se hubiera entrado con mucha fuerza de indios con españoles, no se hubieran visto Tobas, ni se hiciera cosa con ellos, según lo muestra la experiencia de tantas entradas que se han hecho infructuosamente por esa frontera de Xuxuy”.-

Para seguridad de los misioneros, los soldados españoles hicieron un fuerte que llamaron San Rafael.-

El padre Ruiz regresó a Salta el 19 de julio, dejando en el campamento a los padres Ortiz y Solinas, al amparo de los soldados españoles.-

En esos días llegó al campamento don DIEGO PORCEL el joven, “Charabussú”, con 15 guerreros Chiriguanas, oportunidad que aprovecharon los misioneros para exigir la paz a Tobas y Mocovies.-

Astutamente los Tobas, temerosos que los Chiriguanás entraran en su búsqueda y ubicaran sus chusmas y rancherios, enviaron en adelantada a los curacas e indios Mocovies a ponerse al servicio de los misioneros y aceptar la paz.-

Todo marchó bien mientras estuvo en el campamento “CHARABUSSÚ”, pero sellada la paz con Tobas y Mocovies, este regresó a Tarija y con él sus Chiriguanás.- Los indios Tobas, aprovechando su alejamiento, traicionaron su palabra y asesinaron el 27 de octubre de 1683 a los dos sacerdotes, cuando estos salieron del campamento para ir a recibir al padre Ruiz, que regresaba de Salta, atacándolos en un pequeño campo cercado de bosques, llamado Santa María, por una capilla que allí habían construido.-

Los soldados españoles con el padre Ruiz abandonaron entonces el fuerte San Rafael y se retiraron del valle de Centa.-

La misma historia de esta entrada es narrada en forma similar, pero con más detalles, por el padre Antonio Manchoni de la Compañía de Jesús, en su libro “Las Siete Estrellas de la Mano de Jesús”, tratado histórico impreso en la ciudad de Córdoba en 1732.-

El entonces Virrey, el duque de la Palata, al anoticiarse de lo que había ocurrido, ordenó a los españoles que entraran al Chaco a castigar a los Tobas y Mocovies, lo que estos hicieron en 1683 y al año siguiente, en 1684.-

En la primera entrada los españoles se reunieron en Esteco, bajo las ordenes del comandante Vera, con la asistencia del padre Ruiz que conocía el camino misionado con anterioridad.- En el fuerte San Simón se le unió el maestre de campo don DIEGO PORCEL DE PINEDA (Porcel el viejo), al frente de los tercios de Tarija, pero los naturales no fueron hallados y no se logro darles el merecido castigo.-

Al año siguiente fue el maestre de campo don DIEGO PORCEL DE PINEDA el que entró desde Tarija al Gran Chaco, con 100 españoles y 300 indios amigos, para efectuar el mismo castigo y evitar nuevos levantamientos, pero también los naturales Tobas y Mocovies, como había ocurrido un año antes, buscaron el amparo de la selva para no ser ubicados.-

Continua narrando el padre Lozano, y relata el mismo hecho el padre jesuita Juan Patricio Fernandez en su libro “Relación Historial de los Indios que llaman Chiquitos, que esta a Cargo de los Padres de la Compañía de Jesús de la Provincia del Paraguay”, editado en Madrid en 1726, que pocos años después, el sacerdote jesuita José de Arce, llegó a Tarija con el mejor deseo de convertir al catolicismo a los Chiriguanás de los ríos Pilcomayo y Bermejo y que el maestre de campo don DIEGO PORCEL DE PINEDA, a quien mucho elogian ambos misioneros y Lozano califica de “piadosísimo caballero”, conocedor de esta gente frente sobre la cual tenía gran autoridad por haberlos amparado y defendido de las vejaciones de otros españoles, le escribió para que favoreciese la conversión de estos naturales.-

A tales fines se ofreció a cooperar con el padre Arce en dicha tarea, en todo cuanto pudiese, felicitándolo por la buena idea de haber llevado a Tarija guaraníes ya conversos del Paraguay, por que estos, “parientes de los Chiriguanos que de ellos descendían”, eran los embajadores más indicados para convencer a los mismos de los beneficios de la conversión y de las buenas intenciones de los jesuitas.-

El 21 de mayo de 1690, el padre Arce acompañado por el padre Miguel de Valdolivas, se dirigió al Río Bermejo, al encuentro del maestre de campo PORCEL DE PINEDA, para bajo su amparo “proceder a la conversión de los bárbaros”.-

Tras la primera jornada, al llegar a un poblado de infieles Mataguayos, el maestre de campo PORCEL DE PINEDA sufrió un accidente, que además se agravó por “ser ya de edad decrépita”, lo que le impidió seguir adelante, debiendo regresar al día siguiente a su casa en el Bermejo, causando gran desconsuelo entre los padres.-

Sin embargo, lejos de desampararlos, llamó y dejó con ellos a su hijo DIEGO PORCEL, “Charabussú”, que ordenó a los Mataguayos se fundasen en el valle de Las Salinas, que esta entre el Bermejo y el Pilcomayo, para que los pudieran asistir y bautizar los misioneros.-

Acompañados por Charabussú, siguieron a la tierra de los Chiriguanos del paraje llamado Chimeo, sobre el Pilcomayo.- Estos los recibieron con mucho afecto, pero con el desconsuelo de que sus parientes, vasallos del cacique Cambaripá, estaban en una sangrienta guerra con los vasallos del cacique Yateberí, que se había confederado con los Tobas.- Se trataba de los dos jefes más importantes del Pilcomayo.- Cambaripá estaba herido y no podía con su gente resistir por mucho tiempo más a tantos enemigos.-

Los misiones, con el amparo de DIEGO PORCEL, regresaron a Tarija, para pedir apoyo armado para forzar la paz de estos pueblos.- Al pasar por Chimeo, CHARABUSSU desvaneció falsos rumores esparcidos por indios apóstatas, de que los padres querían esclavizarlos, lo que había enardecido a los hijos de esta nación, amante más que nada de sus fueros y libertades.-

Pasaron también en el regreso por los pueblos de Tarequeá, sobre el Bermejo, donde los recibió el mismo cacique Cambichurí, antes su enemigo, gracias a que DIEGO PORCEL se adelantó y persuadió a los Chiriguanás a favor de los padres.-

En Tarija, el padre Juan Bautista de Cea reemplazó al padre Valdolivas y el 7 de septiembre regresaron los misioneros al Valle de la Salinas, donde ya se habían instalado los Mataguayos, marchando desde allí al pueblo de Yateberí para forzar la paz con Cambaripá, lo que lograron con su celo y buenas razones, con gran alegría de todos, especialmente del último cacique imposibilitado de seguir sosteniendo esa guerra.-

Pero fue fundamental para este logro, el acompañamiento de los soldados de Tarija, encabezados por “CHARABUSSU”, los que regresaron desde Guacayá, asegurada la paz, no así DIEGO PORCEL que continuó con los padres para poder protegerlos.-

El tiempo, del que somos esclavos, me obliga a abreviar, recortando hechos salientes de esta entrada.-

Diré para terminar que gracias a la compañía de DIEGO PORCEL, el padre Arce pudo marchar rumbo al Norte, llegar al Guapay y a Santa Cruz de la Sierra, cuyo gobernador era don Agustín Arce de la Concha, donde solicitó clemencia para el cacique Tambacurá de aquella zona, logro muy importante para poder continuar misionando en tierras Chiriguanás.-

Pero en este encuentro Arce de la Concha convenció al jesuita que entrara a misionar a Chiquitos, cuyos infieles eran más fáciles de convertir y mucho más predecibles que los Chiriguanás, que al decir de los padres eran inconstantes, noveleros y chismosos.-

Dos años más tarde, el padre Arce daría inicio a esta nueva tarea en el territorio de Santa Cruz de la Sierra.-

En su regreso a Tarija, los misioneros llegaron al Valle de las Salinas el 21 de diciembre, como bien dice Lozano: “habiendo padecido gravísimos peligros, siempre acompañados de su fidelísimo amigo el capitán DIEGO PORCEL el joven, a quien nunca permitió la fineza con que acompañaba a los padres, los desamparase en los tres meses que duró esta jornada”.-

Su padre, de mucha edad, el maestre de campo DIEGO PORCEL DE PINEDA y HARO, murió en 1692 en su estancia de Bermejo.-

Al sentirse morir testó de puño y letra a falta de escribano, ante siete testigos, el día 7 de agosto de dicho año, declarando ser natural de Sepita, hijo de JUAN PORCEL de PINEDA Y PADILLA y de ANA HARO, ya difuntos.-

El testamento se conserva hoy día, en el archivo del museo Franciscano de Tarija.-