Si queremos hablar seriamente del mal llamado “genocidio” de nuestros indios del sur, los Tehuelches Septentrionales (los Pampas gününa kena, y los Pampas serranos o puelches), los Tehuelches Meridionales (los Patagones), y los Pehuenches de Neuquén (Río Agrio y Varvarco) , debemos remontarnos a los combates sostenidos no solo entre ellos mismos, sino fundamentalmente entre estos Tehuelches y Pehuenches (etnia de indios argentinos), con los indios chilenos, mapuches (Costinos, Abajinos, Arribanos o Moluches y Vorogas, pobladores de la Araucania, entre los ríos Bio –Bio al Norte y Tolten al Sur), los Huilliches (del sur del Tolten) y los Picunches (del norte del Bio-Bio), que entraban a sus tierras muchas veces ayudados por milicias patriotas chilenas o guerrilleros de los hermanos Pincheira (realistas, defensores de Fernando VII), a partir de mediados del siglo XVIII, pero principalmente y con la citada ayuda militar, durante el siglo XIX, mientras duró la llamada guerra a muerte en Chile (1818/1824) y después de ella.-
Vale la pena aclarar que los Huilliches y los Picunches no eran Mapuches, más allá de que estaban araucanizados desde la epoca de las guerras comunes contra los Incas primero y el español después.-
También al combates entre los Pehuenches del sur de Mendoza (de Malal Hüe y el Campanario), que a su vez habían desalojado a los pobladores originarios (Pampas Serranos o Puelches), contra los Huilliches.-
El viejo cacique Pehuenche mendocino Ñaincul, en un enfrentamiento interno por el mando, fue asesinado en 1825 y reemplazado por el cacique Antical.- Para vengar la muerte del primero, su hermano Llanca Milla, pidió la colaboración de indios trasandinos (chilenos), tradicionales enemigos de los Pehuenches, recurriendo a un cacique de los Huilliches llamado Anteñir.- Este logró reunir para atacar a los Pehuenches mendocinos, 5.000 loncos (indios de lanza) y el apoyo de los guerrilleros pincheiristas que comandaba Hermosilla (uno de los principales oficiales de Pincheira), portadores de armas de fuego, y sorprendiéndolos, los masacró sin distinguir entre loncos y chusma (ancianos, mujeres y niños), dando muerte incluso al mismo Antical.- Solo pudieron huir y se salvaron de la sangrienta matanza, un millar de Pehuenches, la mayor parte chusma.-
El cacique Huillichi Anteñir, mandó emisarios a los fugados, ofreciéndoles que si se presentaban ante él, sometidos y sin armas, les perdonaría la vida, que en cambio perderían si buscaban el apoyo de los Mendocinos del fuerte de San Carlos.-
Creyendo el embuste, así lo hicieron los Pehuenches y todos sin excepción, loncos, ancianos, mujeres y niños, una vez frente a Anteñir y sin la más minima posibilidad de defensa, fueron ferozmente lanceados por orden de este.-
Retrocedamos en el tiempo y veamos ahora a titulo de ejemplo, una de las muchas matanzas internas entre los mismos Tehuelches.-
Recordemos primero, que nuestros Pampas Gününa Kena, solicitaron en 1740 al gobernador Salcedo, de Buenos Aires, la formación de un pueblo en su territorio, con misioneros y apoyó español, para evitas los ataques y robos que le hacían de continuo sus parientes, los Pampas Serranos o Puelches, lo que dio origen en 1741, a la fundación que efectuaron los padres Jesuitas Manuel Querini y Matías Strobel, de la Reducción de La Concepción, al sudeste del Río Salado, en el Rincón de López, sobre el arroyo Dulce, cerca del mar.-
El Cacique Bravo (Cangapol) de los Pampas Serranos, nos relata el padre Furlong S. J. en su libro “ Entre los Pampas de Buenos Aires”, tenia su asiento sobre el río los Sauces (hoy Río Negro), pero extendía su dominio o influencia hasta el Río Salado, por lo cual en sus andanzas visitó las Reducciones Jesuitas de Mar del Plata, al Noreste de la Laguna de los Padres (Nuestra Señora del Pilar) y el Vulcán en Balcarce, junto a la fuente Copelina (Nuestra Señora de los Desamparados), que eran respectivamente de indios Puelches la primera y de Patagones la segunda, fundadas a continuación de la de La Concepción (que era de Gününa Kena), y a pesar de lo bien que fue recibido por los padres, decidió destruirlas y matar a los curas misioneros.-
A tal fin convocó a los cacique de sus dominios (fines del año 1750) y uno de ellos, Ayalep, contestó que el no le prestaría ayuda con su gente, ya que en realidad siempre había recibido regalos y buen trato de los misioneros, que nunca lo habían agraviado.-
Cangapol decidió castigarlo.- Le envió mensajeros para avisarle que visitaría al amigo, y cuando llegó con sus lanceros, aprovechando que Ayalep lo esperaba pacíficamente y con su gente desarmada, ordenó lancearlo, al igual que a todos sus guerreros, matándolo con más de 50 loncos, y a contianución le robó la chusma, que llevó a sus toldos.-
Estas matanzas eran comunes entre los indios, invocando siempre injurias que motivaban venganzas o se hacían para robar hacienda, producto de malones en que habían intervenido los agredidos.- Pero independientemente de ello, los Tehuelches Puelches y Patagones, a pesar de su muy menor número, debieron enfrentarse con los indios trasandinos, para evitar sus invasiones, en combates memorables.-
Me refiero a la las batallas de Languiñeo, Barrancas Blancas, Shótel Naike, Senguer y del vado de Choele Choel (Choel-Choel).- En este último combate, según el informe que le envía el comandante de Carmen de Patagones, don Calixto Oyuela, al gobernador de Buenos Aires, Don Martín Rodríguez, los Arribanos o Moluches (indios Mapuches), apoyados por milicias chilenas, que incluso además de armas comunes de fuego, usaron un pequeño cañón, derrotaron totalmente a 1.800 guerreros Pampas Serranos o Puelches, matando incluso a sus caciques Ojo Lindo y Anapilco.-
A partir de ese momento (año 1821), los Tehuelches debieron abandonar gran parte de su territorio original (la región de Entre Ríos Sur, que abarca las tierras entre los ríos Negro y Colorado y la actual provincia de La Pampa) y asentarse al sur del Río Negro (llamado Río de los Sauces) y en la provincia de Buenos Aires, que por supuesto integraban una parte importante de su territorio a la llegada de los españoles.-
Mientras tanto, los Vorogas (Mapuches), que poblaban el Arauco a la altura del río Imperial, lucharon en Chile a favor de Fernando VII durante la guerra a muerte.- Vencidos, se vieron forzados a abandonar la Araucania, su tierra natal y cruzaron la cordillera conjuntamente con los guerrilleros realistas de los hermanos Pincheira.-
Primero, malonearon robando y saqueando el Sur de Mendoza, San Luis, Córdoba, Santa Fe y noroeste de Buenos Aires.-
Finalmente sus caciques mayores, Rondeau, Melian (o Melín) y Cañiuquir, con varios miles de loncos y chusma, desalojaron a nuestros Pampas Serranos o Puelches de la zona de Guaminí (Laguna de Monte), Carhué y Epecuén, de la provincia de Buenos Aires, haciendo allí su asiento, con el apoyo siempre de los guerrilleros de los hermanos Pincheira.-
Nuestros Pampas debieron retirarse más al Este, a la región de las Sierras de la provincia de Buenos Aires.-
A partir de ese momento, los Mapuches Vorogas y los Pincheiras pasaron a ser un grave problema para nuestros pampas serranos y para los gobiernos de Buenos Aires, a punto tal que Don Juan Manuel de Rosas comenzó a negociar con el cacique mayor Cañiuquir, para tratar de apartar a los indios de los guerrilleros realistas, de modo de debilitar su poder.-
Durante el curso de estas negociaciones, a fines de 1830, los Vorogas, con apoyo de los guerrilleros de Pincheira, a su cuyo frente estaba Zuñiga, atacaron a los Pampas Serranos asentados en la Sierra de la Ventana y Sauce Chico, haciendo una gran matanza entre los mismos que incluyo la muerte de sus caciques Curitripay, que cayó junto con sus dos hijos y todos sus capitanejos, Catrileu y Lomo Colorado.- Este último, poco antes había denunciado a Martiniano Rodríguez que los mapuches y guerrilleros chilenos planeaban esta masacre, solicitándole protección.-
No conformes con la lanceada, los persiguieron con saña hasta la misma Bahía Blanca, dándoles muerte a los que habían logrado llegar, frente a la misma Fortaleza Protectora Argentina, que no pudo abrirles sus puertas y sin que su jefe nada pudiera hacer por ayudarlos, dada la orden recibida de Rosas de mantenerse prescindente, para no estorbar las negociaciones, convirtiéndose así en un mudo e impotente observador de la masacre de los indios tehuelches.-
Martiniano Rodríguez anotó en su parte diario, que desde la muralla de la fortaleza “escuchaba los galopes cortos de los lanceros vorogas y soldados pincheiranos y el griterío de la chusma cuando era lanceada o sableada, ruido característico de las persecuciones y las matanzas que se estaban produciendo de los indios Pampas, que intentaban en vano llegar hasta el refugio de la fortaleza”.-
Esta matanza de indios Pampas Puelches o Serranos, se agravaba, ya que los Vorogas siempre con los Pincheiras, con anterioridad, el 25 de septiembre de 1830, habían acuchillado a los a los Pampas del cacique Tetruel, que tenían sus toldos en Curamalál, cerca de la actual Pigüe.-
Era evidente que Vorogas y Pincheiras querían demostrar al gobierno de Buenos Aires, su superioridad frente a los indios locales, y su dominio absoluto del terreno, lo que era cierto, a punto tal que los caciques tehuelches Reynagual y Chocori, para salvar su gente de las matanzas, debieron trasladar sus toldos a la ya mencionada orilla Sur del Río Negro y/o de los Sauces.-
El jefe guerrillero chileno Zuñiga, incluso mandó una carta a Martiniano Rodríguez, y tras informarle de la matanza efectuada, le pedía “hipócritamente autorización”, como si le hiciera falta, para continuar la persecución de los Pampas de lanza y de su chusma.- Por supuesto que aunque Rodríguez contestó negándole el permiso, ambos sabían que tanto la petición como la denegatoria, carecían de todo valor efectivo.- Zuñiga y los Vorogas, harían lo que ellos decidieran.-
Conforme una vieja costumbre entre los indios, poco después, el cacique Toriano, Pehuenche, pero nacido en Chile, maloqueó contra los toldos Vorogas para vengar la masacre de los Puelches, dándose prontamente a la fuga para evitar la reacción de aquellos, lo que ocasionó gran indignación de los caciques Cañiuquir y de Rondeau que fueron los afectados y no tuvieron oportunidad de tomar a su vez venganza.-
Durante la campaña al Desierto del año 1833, don Juan Manuel de Rosas, comandante del ala Izquierda, tras organizar prolijamente la tan necesaria expedición, marchó al sur y estableció su cuartel general en Medano Redondo, sobre el Río Colorado, lugar al que llegó evitando todo tipo de enfrentamientos con los indios, especialmente con los poderosos Vorogas.-
Desde allí despacho a sus segundos, en una campaña que fue solamente de escarmiento y exploración, pero lamentablemente no de ocupación.- Esto permitió que al termino de la campaña (1834), los indios ocuparan nuevamente los territorios que debieron abandonar, ante el avance de las tropas de los jefes de las tres columnas enviadas por Rosas, que partieron desde Medano Redondo al Sur y al Oeste.-
La primera columna, estuvo al mando del General Ángel Pacheco y marchó directamente al Río Negro, siendo el primer argentino que llegó a este río por tierra.- Lo remontó por sus orillas hasta la isla de Choel-Choel y posteriormente su expedición llegó hasta la confluencia con los ríos Limay y Neuquén.- Pacheco tenia orden escrita de “no traerle prisioneros vivos, salvo los importantes”.- Su actuación fue brillante.-
Del mismo modo, Rosas envió a sus coroneles Pedro Ramos y Manuel Delgado, a uno remontando el Colorado,cruzando el Chadi- Leuvú y siguiendo hasta la región de los Pehuenches, en Neuquén.- Al otro hasta el sur de Mendoza, atravesando la tierra de los Ranqueles, los eternos y peores enemigos que tuvo siempre Rosas.- Estos, que había sido derrotados en “Las Acollaradas” por el jefe del ala del centro, el general Ruiz Huidobro, combate en el que incluso perecieron dos hijos de Yanquetruz, prefirieron ocultarse ante el avance de las tropas, evitando todo tipo de enfrentamiento.-
Isidoro Ruiz Moreno, en su libro “Campañas Militares Argentinas, To. II, transcribe la orden dada por Rosas al coronel Pedro Ramos: “No conviene que al atacar una toldería traigan muchos prisioneros vivos: con 2 o 4 hay bastantes, y si más agarran, esos allí en caliente nomás se matan a la vista de todo el que este presente, pues que entonces en caliente nada hay de extraño, y es lo que corresponde.- Pero estos prisioneros no se descuide con ellos, si alguno es de importancia tal que yo hable con él, mándemelo, pero sino, lo que usted debe hacer, es luego que ya enteramente no los necesite para tomarle declaraciones, puede hacer al marchar un día quedar atrás una guardia, bien instruido el jefe encargado, que me parece puede ser bueno para ello Valle, que luego que no haya ya nadie en el camino, los puede ladear al monte y allí fusilarlos.-
Es por eso que el padre Furlong, sostiene que la campaña de Rosas fue también de exterminio.-
A pesar de que Rosas no participó personalmente en los combates contra los indios, fue el organizador de la campaña y el que dio las directivas a sus jefes militares.-Por ello, fue nombrado por la legislatura porteña “Héroe del Desierto” y se le otorgó en premio la isla de Choele- Choel.-
Rosas rechazó la isla (que por otra parte ya estaba nuevamente en poder de los indios al haberse retirado Pacheco), manifestando que allí oportunamente habría que establecer una guarnición militar, pero pidió en su reemplazo una fracción de tierras en la provincia, donde la Legislatura resolviera.- La Legislatura Porteña resolvió entonces regalarle 60 leguas cuadradas en la provincia, dejando el lugar o los lugares a su elección.-
Según Rosas (publicación efectuada en La Gaceta Mercantil del 24 de diciembre de 1933), en esta campaña murieron 3.200 indios o sea más del doble de los que cayeron en la campaña al desierto del general Julio Argentino Roca.-
Sin embargo esta cifra esta en discusión.- Muchos historiadores sostienen que fueron menos, y otros elevan la cantidad de muertos, a alrededor de 6.000 indios.-
Terminada la campaña, Guido, informado desde Chile por Bulnes, avisó a Rosas que se aprontaban para entrar al país, al mando de los caciques Juan Callfucurá y su hermano Antonio Namuncurá (tio de Manuel Namuncurá, también chileno), alrededor de dos mil loncos Huilliches, indios chilenos del sur del río Tolten, de etnia propia distinta de la mapuche, pero araucanizados, como ya he dicho, desde la época de las luchas, primero contra la invasión de los Incas (Tupac Yupanqui comenzó la conquista en el año 1443, tras sofocar la rebelión Aymará del Lago Titicaca y la continuó su hijo Huaina Cápac, que murió en el año 1525) y posteriormente contra los conquistadores españoles (contra la expedición de don Diego de Almagro en el año 1536, y posteriormente contra don Pedro de Valdivia, fundador de Santiago sobre el río Mapocho, en 1541), en que los indios del sur del río Maule, se unieron en Chile para enfrentarlos.-
Rosas pactó con ellos, permitiendo su ingreso a condición de que atacaran a sus enemigos, los Ranqueles.-
Este pacto esta probado e incluso hay una carta en que Callfucura le informa a Mitre casi treinta años más tarde: “También le diré que yo no estoy en estas tierras por mi gusto, ni tampoco soy de aquí, sino que fui llamado por don Juan Manuel, porque estaba en Chile y soy chileno, y ahora hace como treinta años que estoy en estas tierras”.-
Pero los Huilliches, si bien no atacaron a los Ranqueles, dejaron a Rosas más que satisfecho con su accionar.- Dirigieron sus lanzas contra lo Vorogas, sus mortales enemigos durante la llamada guerra a muerte en Chile y además enemigos tradicionales en épocas anteriores.-
Callfucura, desde Chilue, envió sus mensajeros a Rondeau, haciéndole saber que marchaba en paz sus toldos, para comerciar los numerosos productos que traía desde Chile.- Los Vorogas creyeron el embuste.- Los esperaron como amigos, sin precaución alguna.-
Así, los Huilliches. cayeron con sus lanzas en forma sorpresiva, masacrando a los loncos Vorogas, en horas que estos estaban entregados al descanso, sin precaución alguna, pues esperaban la llegada de los Huilliches como comerciantes amigos.- Los Huilliches asesinaron además, a los caciques mayores Mariano Rondeau y Melín oMelian, en lo que la historia conoce como la “Traición de Masallé” (año 1834).-
Finalmente, les robaron su chusma.-
Se salvaron de esta masacre por tener sus toldos más apartados, los caciques Vulta Pincen y Coliqueo, y el cacique mayor Cañiuquir, que tenía los suyos en Guaminí.- Pincen y Coliqueo, buscaron refugio entre los Ranqueles.-
En premio por la matanza, Rosas autorizó a Callfucurá y Namuncurá, a establecer sus toldos en las Salinas Grandes.-Cañiuquir por su parte, se asentó en el arroyo “El Pescado”, cerca de la Laguna de Montes.- Dos años más tarde, Rosas envió a los coroneles Zellarrayán y Francisco Sosa, con los Blandengues de la Fortaleza Protectora Argentina, a sorprenderlo en sus toldos.-
Allí se celebró el combate de “El Pescado”, en que Cañiuquir perdió novecientas lanzas, pero éllogró escapar con casi un tercio de sus hombres.-Pero pocos días después, el 28 de abril de 1936, fue alcanzado nuevamente por las tropas y derrotado totalmente en el Pasaje Llanguill.- Cañiuquir y los trescientos indios que lo acompañaban fueron cercados y acuchillados.- Se tomo prisionera a toda su chusma.-
El cacique chileno Arribano o Moluche (Mapuche) Raylef, decidió vengar la muerte de Cañiuquir.- Entró con veintitrés caciques y capitanejos y más de mil quinientos indios de lanzas chilenos, además de su chusma y dirigió un malón que debi soportar Bahía Blanca, en agosto de 1837.-
Posteriormente se dedicó a malonear en nuestro territorio formando en arreo de miles de cabezas de ganado, robadas en el Sur de Córdoba, Santa Fe y Noroeste de Buenos Aires, tomando además numerosas cautivas, con todo lo que marchó de regreso a Chile.-
Rosas envió sus tropas a enfrentarlo y perseguirlo, por lo que debió desviar su camino, buscando para seguridad la ruta del Río Colorado hasta Neuquén, haciendo alto para descansar y engordar el ganado en el Río Agrio.-
Allí fue sorprendido descuidado por los huilliches de Callfucura, que venian en apoyo de los soldados de Rosas, los que dieron muerte a lanzazos a Raylef y a la mayor parte de sus loncos.- De éstos, pocos lograron huir, debiendo forzosamente para hacerlo tomar el camino al este, donde cayeron en manos de los soldados que venían siguiendo su rastrillada, en su persecución.-
Estas tropas de regreso, atacaron los toldos del hijo de Raylef, José María, en Tapalqué, el que era ajeno a los malones de su padre, dando muerte a unos ochenta indios y tomando numerosos prisioneros.-
Cien moluches fueron enviados presos a Palermo, donde fueron ejecutados por orden de Rosas.-Callfucurá se llevó como premio el ganado robado y además la chusma de Raylef.-
Después de Caseros, Callfucura formó en Salinas Grandes, donde se calculaba que había más de trece mil indios chilenos, en su mayor parte Huilliches, una gran confederación indígena.- Contó para esto con el apoyo de su hermano Renque-Curá (o Reuque-Curá), que se estableció en el centro de Neuquén (entre los tehuelches Manzaneros y los Pehuenches), también con más de dos mil loncos Huilliches.-
En cuanto a los Pampas Puelches o serranos, originarios, estaban reducidos en Buenos Aires a las zonas de Junin, 25 de Mayo, Azul, Tandil y Talalqué.-
El año 1852 Callfucurá hizo notar su poder con un gran malón contra Bahía Blanca y en 1855, con otro contra Azul, en el que dió muerte a más de trescientos pobladores de la región.- Para este ataque,o contó con el apoyo de nuestros Pampas, comandados por sus caciques Catriel y Cachul.-
Después de la derrota a manos de los indios, del General Bartolomé Mitre en Sierra Chica (1855) y del General Manuel Hornos en San Jacinto (1856), Catriel y Cachul, o sea nuestros Pampas, llegaron a un acuerdo con el gobierno de Buenos aires, pacificándose así la zona de Azul y Tapalqué.-
Sin embargo, la denominada frontera siguió azotada por Callfucura, los Pehuenches y los Ranqueles, más los mapuches que cruzaban continuamente los Andes para venir a malonear y robar ganado por su cuenta, o uniendo sus lanzas a las de las otras tribus.-
Callfucura finalmente fue derrotado en su último gran malón, en el año 1872, en que lo venció el general Ignacio Rivas, en la batalla de San Carlos (8 de marzo de 1872), recuperando además la mayor parte del arreo que había levantado de doscientas mil cabezas, principalmente en las zonas de 25 de Mayo y 9 de Julio, con el apoyo de las seis mil lanzas que lo acompañaban.- La batalla se libró en la localidad de Bolivar.- En este malón los indios asesinaron a más de trescientos vecinos y tomaron alrededor de quinientos cautivos.-
En el encuentro combatieron por cada soldado, unos cuatro indios.- Un año después, Callfucura, que salvó su vida huyendo al desierto, moría en Salinas Grandes, de muerte natural.-
Sin embargo, todavía tendría que soportar Buenos Aires otro gran malón de 1876, dirigido por el hijo de Callfucura, Manuel Namuncurá, su sucesor, que no pudo sin embargo tener el poder de su padre sobre otras tribus o etnias.- Así, los Pehuenches neuquinos fueron acaudillados por Purrán, los Ranqueles por Mariano Rosas, los Pampas Serranos por los Catriel y Cachul, los Tehuelches de la cordillera (los Manzaneros de Neuquén), por Sahiuque, y los mapuches, por el voroga Pincén.-