(Conferencia de Roberto Edelmiro Porcel, en el V Encuentro Nacional de Sociedades de Historia de Bolivia, en Tarija, el 30 de octubre del 2.004, al que concurrió en representación de la Academia Argentina de la Historia)
En la historia de Tarija, don JUAN PORCEL DE PADILLA, heredero universal de Luis de Fuentes y Vargas, Caballero de la orden de Santiago, Corregidor y Justicia Mayor de la ciudad, Gobernador de la provincia de Los Chichas, fundador de la Vega de la Nueva Granada o la Ciudad de las Torres en el valle de Salinas, es figura conocida.-
No ocurre lo mismo, con los PORCEL DE PINEDA.-
Cuando don JUAN PORCEL DE PADILLA firma en 1614 con el marques de Montesclaros, don Juan de Mendoza y Luna, su pariente, virrey que fue del Perú, las capitulaciones reales para sí y para su hijo menor don JUAN PORCEL DE PERALTA, publicadas en mi libro “Documentación Inédita de Tarija y su Jurisdicción – Siglos XVII y XVIII”, para poblar una ciudad de 60 vecinos españoles en las tierras de los “Chiriguanos”, en el Valle de las Salinas, se preocupa de rodearse de buenos oficiales, conociendo la ferocidad como guerreros, de los naturales guaraníes, sus pobladores.-
Es así que convoca, como surge del acta notarial levantada el 6/07/1616 por el escribano Público y de Cabildo Juan de Segovia, de la muestra de la entrada efectuada ante Martín de Ormache, Teniente de gobernador de Potosí, en Tarija, en la iglesia de San Agustín, como su segundo y maestre de campo, a don Lope Ruiz de Gamboa y como sargento mayor, tercero en el mando, al capitán don JUAN PORCEL DE PINEDA, que lleva consigo en la marcha, a su hijo JOAN .-
Este último quizá sea el JUAN PORCEL, Chanciller de la Audiencia de la Plata, cuyo sello y firma encontré revisando fallos de ese tribunal de mediados del siglo XVII, casado con doña María Zúñiga, que falleció en Tarija el 28/10/1667, conforme partida del libro de defunciones de la parroquia de San Bernardo.-
Debemos sin embargo aclarar que si bien los españoles fueron conquistadores, la misma calificación corresponde a los chiriguanos, carios procedentes del Río Paraguay, que se instalan de sur a norte desde el Bermejo hasta el Río Grande o Guapay, y de este a oeste desde el Chaco Gualamba, hasta los valles de las estribaciones de la cordillera andina, región denominada cordillera chiriguana.-
Los PORCEL DE PINEDA se afincaron en esas tierras Chiriguanas, a las que hasta ese momento el español no tenía posibilidades de ocupar ni usufructuar.-
En efecto, otro hijo del sargento mayor JUAN PORCEL DE PINEDA, el maestre de campo don DIEGO PORCEL DE PINEDA, conocido como “Porcel el viejo”, que intervino en la fundación de Bermejo - hoy La Capilla-, instaló su estancia sobre el mismo Río Bermejo, sin que la nación chiriguana lo hostigara ni tratara de impedirlo.-
Es más, se convirtió en protector y caudillo de los chiriguanos de la zona..- Estos le tenían gran respeto por el prestigio que había adquirido, suficiente para imponerse por si mismo frente a los indígenas.- El logró que los chiriguanos integraran bajo su mando, como auxiliares, los tercios de Tarija y con ellos marchó más de una vez al Chaco Gualamba, contra otras tribus, acompañando entradas punitivas de españoles o protegiendo entradas evangelizadoras de misioneros, causando terror a otras naciones indígenas por la bravura de sus “querembás”.-
Allí también se estableció su hijo DIEGO PORCEL, “Porcel el mozo” para los españoles, “Charabussú” para los naturales, apodo que recibió por haber muerto en batalla a un cacique de este nombre.-
Continuó este entre los naturales, el dominio que tuvo sobre ellos su padre, que ganó por prestigio propio.- Por ello, fue fundamental su apoyo y su ayuda para los misioneros jesuitas en tierras chiriguanas y a él se debe en gran parte, como veremos, la posterior entrada de los padres de la orden, en territorio de Santa Cruz de la Sierra.-
A su muerte, ya no tuvieron más los tarijeños otra persona capaz de dominar a los hijos de la nación guaraní.-
Repasaremos brevemente sus hazañas, de la mano de las historias y narraciones escritas en la época, por distintos padres jesuitas, contemporáneos de los mismos.-
Pero antes debo recordar a otro hermano de JOAN Y DE DIEGO PORCEL DE PINEDA, Don PEDRO, de quien dice textualmente el historiador Federico Avila en su libro: “Don Luis de Fuentes y Vargas y Fundación de Tarija”: Y fue otro hijo de don Juan, don PEDRO PORCEL DE PINEDA, quien en 1685, con la colaboración de los jesuitas, llevó los pendones Tarijeños hasta más de las cien leguas hacia el oriente. –
Ahora bien, el padre jesuita y gran historiador Pedro Lozano, autor del celebre libro “Descripción Corográfica del Gran Chaco Gualamba”, editado en Cordoba en1733, nos relata que para castigar correrías de los naturales ocurridas en 1670 y 1671, se juntaron las fuerzas de Xuxuy, Salta y Esteco, de la gobernación de Tucumán, y las de la Villa de Tarija.- Cada una de ellas tomó una derrota diversa.- El tercio de Xuxuy, con 60 bocas de fuego y los más soldados bisoños, marchó al río de los Ocloyas (Omaguacas), para rastrear al enemigo, y el 26 de agosto se juntó en el río Santa Rosa con el tercio de Tarija, que comandaba el sargento mayor don DIEGO PORCEL DE PINEDA, compuesto por 50 soldados españoles, 1 capellán y 150 indios chiriguanás amigos.-
Un nativo traidor, de la nación Mataguaya, los llevó el 7 de septiembre a un lugar sobre la margen del río Grande del Chaco, donde fueron rodeados por 500 mataguayos, tobas y mocovies, que le tenían preparada una emboscada.- Los Chiriguanás se habían adelantado un cuarto de legua, pero oyendo las flautas y cornetas de la indiada enemiga, regresaron corriendo al campo, sin esperar orden alguna, bien predispuestos a la pelea.- De inmediato fueron en su amparo el sargento mayor Porcel de Pineda y el capitán Lavayen con sus compañías, huyendo pese a su número y la ventaja de la sorpresa el enemigo, al otro lado del río, donde fueron perseguidos por 31 chiriguanás, que sin apoyo alguno, ya que los españoles no podían cruzar con sus corazas y armas por lo pantanoso de la costa y profundo de las aguas, combatieron contra 200 mocovies por más de tres horas, hasta que cayó la noche, sin que los molestara la desigualdad numérica y sin más bajas de su parte, que varios heridos.-
Al día siguiente, mientras los españoles fortificaban el lugar, estableciendo un fuerte que llamaron Guadalupe, los tobas pidieron paz a través del padre Gregorio Millán, capellán del tercio tarijeño, pero sin esperar respuesta, se dieron a la fuga, como así también los demás naturales, siendo todos los enemigos perseguidos días después, con el refuerzo de los recién llegados tercios de Esteco y Salta, hasta la tierra de los Vilela, pero como comenzaron a subir las aguas por ser época de lluvias, el maestre de campo Juan de Amusategui licencio los tercios que regresaron a sus ciudades, dando fin a la entrada.-
Narra también el padre Lozano, que el 20 de abril de 1683, los misioneros jesuitas partiendo de Salta, iniciaron una nueva entrada al Valle de Centa, con el padre Diego Ruiz a la cabeza, acompañado por el padre Juan Antonio Solinas, que dominaba la lengua guaraní .- Allí se les unió el sacerdote don Pedro Ortiz de Zarate, vicario eclesiástico de la ciudad de Xuxuy, con 24 españoles y 40 indios amigos, continuando todos hasta el río San Martín.-
El 20 de mayo llegaron a lo que fue el fuerte del gobernador Martín de Ledesma, un sitio inhabitable, plagado de mosquitos.- El 25 de mayo se encontraron con indios de las parcialidades Ojotaes y Taños, que se comprometieron a traer a sus caciques.-
Los Ojotaes, aparecieron pacíficamente con su curaca, pero eran casi todos hombres, sin sus mujeres, que no las tenían por habérselas robado poco tiempo antes los Chiriguanás.-
El 1º de junio llegó el embajador de los Taños, sin el cacique, pero también con mensajes de paz y sometimiento.-
Sin embargo, a pesar de los progresos, los padres estaban preocupados por los tobas, de los que recelaban, esperando la llegada de DON DIEGO PORCEL que marchaba con los Tarijeños, que ellos consideraban fundamental, ya que los indios de la región temían más que nada a los Chiriguanás que venían con su tercio.-
Dice textualmente el padre Ruiz en su carta al provincial de la orden: “Ya estamos en que estas naciones más temen a los Chiriguanás, que a cuantos españoles puedan entrar, y por esto el señor don Pedro -Ortiz- nos ha entrado por aquí a espaldas de don DIEGO PORCEL, que es a quien los Chiriguanás obedecen, y no por Xuxuy, porque por allí, aunque se hubiera entrado con mucha fuerza de indios con españoles, no se hubieran visto Tobas, ni se hiciera cosa con ellos, según lo muestra la experiencia de tantas entradas que se han hecho infructuosamente por esa frontera de Xuxuy”.-
Para seguridad de los misioneros, los soldados españoles hicieron un fuerte que llamaron San Rafael.-
El padre Ruiz regresó a Salta el 19 de julio, dejando en el campamento a los padres Ortiz y Solinas, al amparo de los soldados españoles.-
En esos días llegó al campamento don DIEGO PORCEL el joven, “Charabussú”, con 15 guerreros Chiriguanas, oportunidad que aprovecharon los misioneros para exigir la paz a Tobas y Mocovies.-
Astutamente los Tobas, temerosos que los Chiriguanás entraran en su búsqueda y ubicaran sus chusmas y rancherios, enviaron en adelantada a los curacas e indios Mocovies a ponerse al servicio de los misioneros y aceptar la paz.-
Todo marchó bien mientras estuvo en el campamento “CHARABUSSÚ”, pero sellada la paz con Tobas y Mocovies, este regresó a Tarija y con él sus Chiriguanás.- Los indios Tobas, aprovechando su alejamiento, traicionaron su palabra y asesinaron el 27 de octubre de 1683 a los dos sacerdotes, cuando estos salieron del campamento para ir a recibir al padre Ruiz, que regresaba de Salta, atacándolos en un pequeño campo cercado de bosques, llamado Santa María, por una capilla que allí habían construido.-
Los soldados españoles con el padre Ruiz abandonaron entonces el fuerte San Rafael y se retiraron del valle de Centa.-
La misma historia de esta entrada es narrada en forma similar, pero con más detalles, por el padre Antonio Manchoni de la Compañía de Jesús, en su libro “Las Siete Estrellas de la Mano de Jesús”, tratado histórico impreso en la ciudad de Córdoba en 1732.-
El entonces Virrey, el duque de la Palata, al anoticiarse de lo que había ocurrido, ordenó a los españoles que entraran al Chaco a castigar a los Tobas y Mocovies, lo que estos hicieron en 1683 y al año siguiente, en 1684.-
En la primera entrada los españoles se reunieron en Esteco, bajo las ordenes del comandante Vera, con la asistencia del padre Ruiz que conocía el camino misionado con anterioridad.- En el fuerte San Simón se le unió el maestre de campo don DIEGO PORCEL DE PINEDA (Porcel el viejo), al frente de los tercios de Tarija, pero los naturales no fueron hallados y no se logro darles el merecido castigo.-
Al año siguiente fue el maestre de campo don DIEGO PORCEL DE PINEDA el que entró desde Tarija al Gran Chaco, con 100 españoles y 300 indios amigos, para efectuar el mismo castigo y evitar nuevos levantamientos, pero también los naturales Tobas y Mocovies, como había ocurrido un año antes, buscaron el amparo de la selva para no ser ubicados.-
Continua narrando el padre Lozano, y relata el mismo hecho el padre jesuita Juan Patricio Fernandez en su libro “Relación Historial de los Indios que llaman Chiquitos, que esta a Cargo de los Padres de la Compañía de Jesús de la Provincia del Paraguay”, editado en Madrid en 1726, que pocos años después, el sacerdote jesuita José de Arce, llegó a Tarija con el mejor deseo de convertir al catolicismo a los Chiriguanás de los ríos Pilcomayo y Bermejo y que el maestre de campo don DIEGO PORCEL DE PINEDA, a quien mucho elogian ambos misioneros y Lozano califica de “piadosísimo caballero”, conocedor de esta gente frente sobre la cual tenía gran autoridad por haberlos amparado y defendido de las vejaciones de otros españoles, le escribió para que favoreciese la conversión de estos naturales.-
A tales fines se ofreció a cooperar con el padre Arce en dicha tarea, en todo cuanto pudiese, felicitándolo por la buena idea de haber llevado a Tarija guaraníes ya conversos del Paraguay, por que estos, “parientes de los Chiriguanos que de ellos descendían”, eran los embajadores más indicados para convencer a los mismos de los beneficios de la conversión y de las buenas intenciones de los jesuitas.-
El 21 de mayo de 1690, el padre Arce acompañado por el padre Miguel de Valdolivas, se dirigió al Río Bermejo, al encuentro del maestre de campo PORCEL DE PINEDA, para bajo su amparo “proceder a la conversión de los bárbaros”.-
Tras la primera jornada, al llegar a un poblado de infieles Mataguayos, el maestre de campo PORCEL DE PINEDA sufrió un accidente, que además se agravó por “ser ya de edad decrépita”, lo que le impidió seguir adelante, debiendo regresar al día siguiente a su casa en el Bermejo, causando gran desconsuelo entre los padres.-
Sin embargo, lejos de desampararlos, llamó y dejó con ellos a su hijo DIEGO PORCEL, “Charabussú”, que ordenó a los Mataguayos se fundasen en el valle de Las Salinas, que esta entre el Bermejo y el Pilcomayo, para que los pudieran asistir y bautizar los misioneros.-
Acompañados por Charabussú, siguieron a la tierra de los Chiriguanos del paraje llamado Chimeo, sobre el Pilcomayo.- Estos los recibieron con mucho afecto, pero con el desconsuelo de que sus parientes, vasallos del cacique Cambaripá, estaban en una sangrienta guerra con los vasallos del cacique Yateberí, que se había confederado con los Tobas.- Se trataba de los dos jefes más importantes del Pilcomayo.- Cambaripá estaba herido y no podía con su gente resistir por mucho tiempo más a tantos enemigos.-
Los misiones, con el amparo de DIEGO PORCEL, regresaron a Tarija, para pedir apoyo armado para forzar la paz de estos pueblos.- Al pasar por Chimeo, CHARABUSSU desvaneció falsos rumores esparcidos por indios apóstatas, de que los padres querían esclavizarlos, lo que había enardecido a los hijos de esta nación, amante más que nada de sus fueros y libertades.-
Pasaron también en el regreso por los pueblos de Tarequeá, sobre el Bermejo, donde los recibió el mismo cacique Cambichurí, antes su enemigo, gracias a que DIEGO PORCEL se adelantó y persuadió a los Chiriguanás a favor de los padres.-
En Tarija, el padre Juan Bautista de Cea reemplazó al padre Valdolivas y el 7 de septiembre regresaron los misioneros al Valle de la Salinas, donde ya se habían instalado los Mataguayos, marchando desde allí al pueblo de Yateberí para forzar la paz con Cambaripá, lo que lograron con su celo y buenas razones, con gran alegría de todos, especialmente del último cacique imposibilitado de seguir sosteniendo esa guerra.-
Pero fue fundamental para este logro, el acompañamiento de los soldados de Tarija, encabezados por “CHARABUSSU”, los que regresaron desde Guacayá, asegurada la paz, no así DIEGO PORCEL que continuó con los padres para poder protegerlos.-
El tiempo, del que somos esclavos, me obliga a abreviar, recortando hechos salientes de esta entrada.-
Diré para terminar que gracias a la compañía de DIEGO PORCEL, el padre Arce pudo marchar rumbo al Norte, llegar al Guapay y a Santa Cruz de la Sierra, cuyo gobernador era don Agustín Arce de la Concha, donde solicitó clemencia para el cacique Tambacurá de aquella zona, logro muy importante para poder continuar misionando en tierras Chiriguanás.-
Pero en este encuentro Arce de la Concha convenció al jesuita que entrara a misionar a Chiquitos, cuyos infieles eran más fáciles de convertir y mucho más predecibles que los Chiriguanás, que al decir de los padres eran inconstantes, noveleros y chismosos.-
Dos años más tarde, el padre Arce daría inicio a esta nueva tarea en el territorio de Santa Cruz de la Sierra.-
En su regreso a Tarija, los misioneros llegaron al Valle de las Salinas el 21 de diciembre, como bien dice Lozano: “habiendo padecido gravísimos peligros, siempre acompañados de su fidelísimo amigo el capitán DIEGO PORCEL el joven, a quien nunca permitió la fineza con que acompañaba a los padres, los desamparase en los tres meses que duró esta jornada”.-
Su padre, de mucha edad, el maestre de campo DIEGO PORCEL DE PINEDA y HARO, murió en 1692 en su estancia de Bermejo.-
Al sentirse morir testó de puño y letra a falta de escribano, ante siete testigos, el día 7 de agosto de dicho año, declarando ser natural de Sepita, hijo de JUAN PORCEL de PINEDA Y PADILLA y de ANA HARO, ya difuntos.-
El testamento se conserva hoy día, en el archivo del museo Franciscano de Tarija.-
Fenomenal tener documentos con tanta información sobre los Porcel.
ResponderEliminarSiempre agradecido a Roberto E. porcel por sus trabajos sobre el apellido y la propia Historia de la zona.
Un abrazo.
Hola me gustaría conocer la bibliografia que utilizo para elaborar “EXPEDICIONES AL CHACO GUALAMBA DE LOS PORCEL DE PINEDA”. Estoy realizando un trabajo de investigación sobre las expediciones a la región del Chaco Tarijeño y encontré algunas discrepancias entre autores Luis Pizarro y Julio Paz indican que el nombre de la población que funda en 1616 Juan Porcel de Padilla es “Nueva Vega de Granada” pero según el Historiador Mario Barragan el nombre seria "Villa de la Vega de la Nueva Granada". Espero me pueda usted colaborar para realizar el trabajo de investigación que realizo y poder disipar esta duda. Espero me responda en la siguiente dirección: jlcarpediem(arroba)hotmail.es o jlcarpediem(arroba)facebook.com un abrazo fraterno en la distancia. Sinceramente.- José Luis Claros López.
ResponderEliminar