martes, 31 de agosto de 2010

Los grandes caminantes de nuestra conquista


CONFERENCIA DEL DR. ROBERTO EDELMIRO PORCEL, sobre “LOS GRANDES CAMINANTES DE NUESTRA CONQUISTA”- Sesión Plenaria del 8 de junio del 2.005.- Academia Argentina de la Historia.-.

La proeza española en la conquista de América, se hace más ostensible, cuando quienes la estudiamos, hemos tenido oportunidad de recorrer, con las comodidades que nos brinda la modernidad, los caminos o parajes transitados por nuestros antepasados.-

Fueron grandes caminantes por cerradas selvas, regiones áridas, serranas, montañosas, escalaron picos nevados, cruzaron y navegaron caudalosos ríos.-

Transitaron muchos caminos chapoteando día y noche o soportando la sed de la falta de agua.-

Más allá del riesgo de enfrentar al indómito natural, debemos admirar la fortaleza con que afrontaron los obstáculos de la naturaleza, en una tierra bárbara y virgen.-

De esos grandes caminantes, comenzaré recordando a un oscuro marinero de Juan Díaz de Solís, un portugués, que buscando no la gloria, sino oro y plata, abrió rutas desconocidas para el europeo, dio origen el poder de la guerrera nación chiriguaná, que cerró por siglos la conquista del Chaco Gualamba, y con sus robos de objetos incaicos de oro y plata de los charcas, que llevó a su regreso al río Paraguay, originó el trueque con los naturales, durante las expediciones de Sebastián Caboto y Diego García de Moguer, que sirvió para dar a nuestro estuario, el actual nombre del Río de la Plata.-

Me refiero a Alejo García, cuyo barco, en 1516, naufragó en Santa Catalina en el viaje de regreso a España.- Allí se instalaron varios sobrevivientes del naufragio, conviviendo con los naturales y aprendiendo su lengua y sus costumbres.-

Anoticiado de la existencia muy al oeste, de un país rico y adelantado, donde abundaba la plata, con cuatro náufragos compañeros, se lanzó en su búsqueda, a la aventura, en un viaje que fue toda una proeza.- Marchaban incitados por el metal, que tenía para ellos la atracción de un imán.-

Fueron quienes trazaron la ruta que en su primer tramo, -“Santa Catalina-Lambaré”-, transitaría posteriormente Alvar Nuñez Cabeza de Vaca, marchando desde la costa del Atlántico, hasta Asunción.-

El segundo,-“Río Paraguay-Estribaciones Andinas”-, lo recorrería el lugarteniente de don Pedro de Mendoza, don Juan de Ayolas, que marchó desde el puerto que él llamó La Candelaria, sobre el citado río, hasta las estribaciones cordilleranas de la actual Bolivia, entre Mizque y Tómina.-

Volvamos a Alejo García.- Los naturales de etnia guaraní que poblaban el actual Brasil, lo acompañaron hasta el Guairá, en las proximidades de los saltos del Paraná, y atravesado el río, continuó hasta la tierra de los Chiriguá (Carios), hoy llamados chiripá, asentados en Lambaré.- Todos estos indígenas, eran de raza brasilico guaraní y tenían una lengua común.-

Desde allí, aproximadamente cuatro mil flecheros chiriguá, según las distintas fuentes que relatan la travesía, sin sus mujeres, integraron la expedición que el comandó a la tierra del Inca, concretada en 1526.-

Remontaron primero el Paraguay para evitar los Guaicurúes (Tobas, mocovies, pilagas, lenguas, payaguas,etc) , sus enemigos naturales, y otras tribus no menos guerreras (mataguayos, vilelas, etc), que les cerraban el paso al oeste en línea recta por nuestro Chaco, atravesando más al norte desde la tierra de los payaguas, por Chiquitos, para llegar hasta su destino en Charcas, dominios del Inca, donde robaron y saquearon.-

Los flecheros chiriguá, en su gran mayoría, quedaron en la región que limitaba con el Imperio Incaico, en las estribaciones de la cordillera que después se llamo de los Chiriguanás, y se asentaron en el Gran Chaco, estableciéndose en un territorio que se extendió desde el Río Bermejo al Sur, hasta el Río Grande o Guapay al Norte.-

Allí, robando las mujeres de los primitivos pobladores, los chanés, que esclavizaron, y formaron la nación guaraní de los chiriguanás, hoy llamados chiriguanos , que ni el Inca ni los españoles nunca pudieron conquistar.-

Los pocos que regresaron con Alejo García, lo hicieron con la carga de sus robos y saqueos, que sirvieron –repito-, para trueques posteriores, y ya en Lambaré, asesinaron al aventurero y sus amigos, para robarles su parte.- Sin embargo, quedó en este poblado un hijo mestizo del marinero de Solís, que conoció Ruy Díaz de Guzmán.-

Pero la proeza estaba cumplida.- Alejo García fue el primer Europeo que llegó caminando desde el Atlántico hasta Bolivia, a la altura de Charcas, penetrando el territorio Incaico mucho antes del arribo de Francisco Pizarro.-

Sebastián Cáboto tomó conocimiento de esta hazaña, al recalar en el puerto natural de los Patos, en Santa Catalina, a través de los dichos de otros dos náufragos, Enrique Montes y Melchor Ramírez, ex marineros de Solís compañeros de Alejo García.-

El segundo gran caminante fue Ayolas.-

El primer adelantado del Río de la Plata, don Pedro de Mendoza, llegó a nuestra costa con una flota impresionante, en 1536.-

Su Maestre de armas, don Juan de Osorio, fue asesinado en las costas de Río de Janeiro, por su propia orden, quedando entonces como su segundo, don Juan de Ayolas, alguacil mayor de la expedición.-

La enfermedad que padecía el Adelantado, lo obligó a delegar en este último la búsqueda de la entrada al país de la sierra de la plata (que era el Cerro de Porco ), y del Rey Blanco ( el Inca).-

Ayolas fundó cerca de la desembocadura del Carcarañá en el Río Paraná, el fuerte de Corpus Christi y desde allí remontó el mismo, siguiendo su curso al norte, hasta que obligado a regresar por los bajíos que hay al Noreste de la actual Corrientes, optó por navegar el Paraguay contra corriente.-

Debió marchar a remo y sirga, mandando muchos hombres por tierra, por un suelo inclemente de lagunas y ciénagas, hasta conseguir en Lambaré canoas y alimentos de los guaraníes, hecho que le permitió continuar su travesía hasta el puerto natural que llamó de Candelaria, en tierra de los Payaguas.-

En ese punto dejó sus barcos a las órdenes del capitán Domingo Martínez de Irala, y él inició en compañía de ciento treinta hombres, la travesía de la tierra que había andado anteriormente el aventurero Alejo García.-

Se estima que el éxito coronó sus esfuerzos, que atravesó la selva que separa la sierra de San Fernando del río Guapay, sosteniendo variados encuentros con los naturales y que consiguió muchas piezas de oro y plata, por el relato de algunos chanés sobrevivientes de dicha expedición, ya que al volver aproximadamente en marzo de 1.538, fue asesinado en una celada, con todos los españoles que lo acompañaban, por los mismos payaguas.-

Cuando Domingo Martínez de Irala, en una de sus entradas, llegó años más tarde a la tierra de los paysunos, se supo que por diez años habían vivido con los mismos algunos sobrevivientes de esta expedición, que quedaron abandonados enfermos en su marcha, los que fueron asesinados al saber los naturales la proximidad nuevamente de españoles.-

Martín González, que acompañaba a Irala en esta entrada, declaro que los paysunos dijeron para salvar su responsabilidad, que fueron enemigos suyos los que los habían muerto, “yendo a la guerra con ellos “.-

Otro integrante de la entrada, Ulrico Schmidl, relata que naturales de otras tribus, prisioneros de los paysunos, les contaron como habían vivido en ese pueblo tres españoles, uno de los cuales, Jerónimo, había sido trompa del adelantado Mendoza.- Que Ayolas en su paso, los dejó allí por estar enfermos e imposibilitados de continuar la marcha, y que los paysunos los asesinaron cuatro días antes del arribo de Irala.-

Francisco de Ribera también atestigua, que por la relación anónima de un chanés, sabia que los payaguas habían muerto a palos a la gente de Ayolas, para robarles muchas cargas de oro y plata.-

Es pues evidente que Ayolas llegó en su entrada hasta la tierra de los corocotoquis y tamacocies, caminando los contrafrentes andinos, para encontrar la muerte terminada su gesta, en el punto de inicio de su aventura, Candelaria, en el río Paraguay.-

Para ese entonces, ya don Juan de Salazar y Espinosa, había fundado sobre la costa este del mismo, más al sur, la casa fuerte de Asunción, que Domingo Martínez de Irala convertiría en ciudad en 1541, después de levantar la fundación que don Pedro de Mendoza había efectuado en la costa del Plata.-

Pero si hubo un español que mereció entre todos el título de “gran caminante”, como ya se lo ha llamado, ninguna duda cabe que fue el tesorero de la expedición de Narváez a la Florida y años más tarde segundo adelantado del Río de la Plata, don Alvar Nuñez Cabeza de Vaca.-

Dejemos de lado su proeza en el Norte, por todos conocida.-

Designado Adelantado del Río de la Plata, partió de San Lúcas el 2 de noviembre de 1540 con 400 hombres, 46 caballos y cuatro embarcaciones, llevando consigo capitanes que serían ilustres en la conquista.- Me refiero a Ñuflo de Chavez, Riquelme de Guzmán, Rui Díaz de Melgarejo, Francisco Ortiz de Vergara, Felipe Cáceres – que regresó con él al Río de la Plata, Martín Suarez de Toledo y Pedro de Orantes.-

Cuatro meses más tarde, en Marzo de 1541, arribó a Santa Catalina, atracando en el puerto de Los Patos, donde permaneció durante siete meses.-

Allí tomó posesión de la isla en forma oficial para el reino de España, despachando a don Felipe de Cáceres con destino a su conocida Buenos Aires.-

Con él regresaron a Santa Catalina los pobladores que habían quedado en la zona, con las noticias del abandono del puerto producido en 1541 por mandato de Irala.- También le informaron sobre la muerte de Ayolas.-

Alvar Nuñez envió entonces al factor don Pedro de Orantes, a buscar la ruta que había transitado Alejo García, cuya aventura conocía, para seguir con los suyos ese camino, a pié, con destino a Asunción, poniéndose en marcha al principiar noviembre del año 1541.-

Atravesó la selva brasileña, llevando consigo los 26 caballos que habían sobrevivido la travesía, cruzó los campos de Tacuá, remontó el río Itabucú que baja al mar desde las serranías de Cubatón, pasó por la fértil región que denominó Provincia de Vera, remontó un trecho del río Iguazú con dirección al Paraná, siguiendo después el rumbo al Atibajiba, afluente del Paraná -Pané.-

Siguió su ruta hasta el río Ibai, caminando al sur, pasó cerca del gran salto, atravesó el río Pequirí, y en Febrero de 1542 admiró en la unión del Paraná y el Iguazú, en toda su magnificencia, las Cataratas del Iguazú que el descubrió.-

Desde allí despachó en balsa a los enfermos, por el Paraná, bajo el mando del entonces aun bisoño capitán Ñuflo de Chávez, y el costeando el río Monday, atravesó las sierras del Caaguazú.-

Su experiencia indiana fue su mejor aliada.- No tuvo en ningún momento problemas con los naturales, a quienes sabía tratar y con los que podía convivir.- Ellos fueron factores importantes en el éxito de su travesía, le dieron para su alimentación, durante el viaje, papas, maíz, miel, mandioca, harina de piñones y aves caseras.-

Fueron dos frailes franciscanos en cambio, que encontró doctrinando en Mbiaza, Bernardo de Armenta y Francisco Lebrón, que resolvieron narchar con él a Asunción, los que le ocasionaron por su carácter y actitudes, más de un disgusto en el camino.-

Así arribó a Asunción el 11 de marzo de 1542, dando el ejemplo a sus compañeros al caminar muchas veces con los pies descalzos, como los naturales, y sin perder un solo hombre de los que hicieron la travesía.- Otros dicen que uno – solo uno -, se le murió ahogado.-

Quedaba así abierta la ruta terrestre de Santa Catalina a Asunción, que años más tarde seguiría entre otros, doña Mencía Calderón de Sanabría, con las mujeres españolas que la acompañaban para radicarse en Asunción.-

Pasaremos por alto otras importantes expediciones y hechos, para referirnos por su trascendencia, solo al tercer gran viaje al Perú, de los conquistadores del Río de la Plata establecidos en Asunción.-

Fue su protagonista, el gobernador – por elección popular -, don Domingo Martínez de Irala, y la ubicamos en los años 1547, en que se produce la partida, 1548 en que la expedición llega a destino y 1549 en que regresó a Asunción.-

Irala y su gente, soñaban aun al comenzar el viaje, con descubrir lo que ya estaba incluso conquistado.- La sierra de la plata ( Que a esta altura, además del asiento minero de Colque Porco, también lo integraba el cerro rico de Potosí ), el Rey Blanco ( Que era el Inca ), el país del oro y la plata ( Su imperio), la isla de las Amazonas ( El templo de las vírgenes del sol, en el lago Titicaca ).-

Marchaban por consiguiente, tras una quimera, una ilusión.-

Dejó en Asunción como su teniente de gobernador a don Francisco de Mendoza, y él partió llevando consigo 280 conquistadores, entre ellos sus mejores oficiales y gran cantidad de indios amigos guaraníes.-

Marchó primero hacia el Norte remontando el Paraguay hasta el puerto de San Fernando, donde dejó las naves para continuar la travesía a pie, por la tierra de los Mbayás, siempre guerreros implacables, a los que con sus indios amigos persiguió sin piedad.-
Desde allí marcho hacia los Caracaes y en su relación señala que finalmente llegó a la tierra de los Tamacocies.- Para ello debió guerrear de continuo, pasando por el pueblo de los naturales moyanos, y luego de los mogranoes, a los que tomó por esclavos, para seguir hasta la de los payzunos, que fueron los que dieron muerte a los tres o cuatro sobrevivientes de Ayolas, al enterarse de su próxima llegada.-

Finalmente, llegó a los confines del Perú, a la tierra de los corocotoquis y como ya he dicho, de los tamacocies.-

Reconoció así las tierras hasta el Jaurú y cabeceras del Guaporé, cruzo el Guapay, y allí, al encontrar naturales que hablaban español, encomendados por el capitán don Pedro Anzurez del Campo Redondo - el fundador de la ciudad de La Plata -, se enteró de las graves alteraciones políticas del Perú, por lo que consideró prudente detener su marcha con gente armada.-

Envió entonces una delegación presidida por el capitán Ñuflo de Chávez, a entrevistar al Presidente, el Licenciado de la Gasca y ofrecerle su colaboración.-

Ñuflo de Chávez, que como ya hemos visto había llegado a Santa Catalina con Alvar Nuñez y marchado con el adelantado desde allí a Asunción, al caminar en esta nueva empresa, desde esta ciudad hasta Lima, fue el primer español que unió por tierra en esta parte de América, el Atlántico con el Pacifico.-

Debemos resaltar la bravura, el estoicismo y la ambición de estos conquistadores que atravesaban regiones hostiles y cerradas, selvas enmarañadas pobladas por naturales generalmente nómades y guerreros, hechos a la dureza de una tierra cuyos secretos conocían, donde alimañas y mosquitos eran muchas veces peores enemigos que las fieras más feroces, que por supuesto abundaban, terrenos plagados de víboras venenosas, donde imperaban la anaconda y el yaguareté.-

Que tropezaban con serranías de vegetación cerrada, con terrenos inundados, con ciénagas, con ríos profundos y turbulentos, con fuertes correntadas y traidores remansos, o como contraste, con una falta absoluta de agua y de alimentos.-

Dejemos ahora de lado las entradas de Este a Oeste, para referir otra muy importante para nosotros, una marcha desde el Noroeste al Sudeste, desde el Cuzco, pasando por la Villa Rica del Potosí, hasta donde el Carcarañá desemboca en el Río Paraná.-

Sus hombres pasaron la Alta Montaña, por la Puna, por regiones salitrosas, serranías, y por los llanos de nuestra pampa.- Lucharon de continuo con el medio ambiente y contra los naturales, cuando no entre ellos mismos.- Una verdadera gesta.-

Don Diego de Rojas, su capitán general, era un veterano de la conquista de América.

En 1539 tuvo a su cargo una entrada, continuando la del griego Pedro de Candia, por el valle de Tarija, a la tierra de los chiriguanás, llegando a nuestro chaco, buscando un camino por el río Bermejo, que permitiera marchar desde el Perú hasta el Plata.- Fracasó en su intento.-

Pero comprendió que la ruta ambicionada la debía buscar bajando por el oeste al Sur y al Plata.-

En 1542, el Licenciado Vaca de Castro, el vencedor de Chupas que puso fin al alzamiento de Almagro el joven, le dio la autorización para marchar al descubrimiento de nuevas tierras y el camino tan buscado al Plata.-

La entrada la realizó con dos socios.- El era el jefe, justicia mayor y futuro gobernador de las nuevas tierras.-

Felipe Gutiérrez su segundo, el capitán general, y Nicolás de Heredia el tercero en el mando, su maestre de armas.-

Pero los hechos que ocurrieron en la travesía, rompieron este esquema de mandos.-

Cada uno de ellos formó sus propias huestes, que debían actuar en forma coordinada.- Primero, desde el Cuzco, partió Rojas en mayo de 1543, acompañado entre otros por un joven y ambicioso capitán , Francisco de Mendoza, que unía un tremendo coraje, a su falta total de escrúpulos.- Con él, ya tenemos a los dos principales protagonistas de la entrada.-

Se dirigió hacia el Abra de Acay, donde termina el altiplano y se penetra en los valles Calchaquíes, pasando por Tupiza y entrando a nuestra tierra por Calahoyo, al Oeste de La Quiaca.--

Después le siguió Felipe Gutiérrez y el último en partir, con retardo sobre lo planeado, fue Nicolás de Heredia.-

Ya en lo que es hoy Argentina, atravesó Cochinota y Casabindo y demoró tres penosos meses en llegar a la región y pueblo de Chicoana, por la que había pasado Almagro el viejo, con Paullu, hermano del Inca, en su expedición a Chile, en 1535.-

En este punto del Collasuyu decidió esperar la llegada de sus socios, pero como estos se demoraban más allá de lo previsto, dejó al capitán Becerra en su espera y el continuó la marcha el 1º de octubre de 1543,con destino a Quiri-quiri.- Cruzó “El Infiernillo” en su camino a Tucumán, descendiendo por la derecha del cerro Pelado, que era la ruta tradicional, que lo llevaba a la región de los naturales tonocotés, todavía en tierras del viejo imperio Inca.-

Su viaje, pacífico hasta entonces, cambió al entrar a esta región, al chocar con estos indígenas, para empezar a ser belicoso y guerrero.-

Se instaló en Capaya, desde donde regresó a los Andes del Tucumán a esperar a Gutierrez, que ya estaba en Totaparo, donde lo encontró Francisco de Mendoza, enviado en su búsqueda.-

Gutiérrez marchó al encuentro de Rojas y se subordinó a su autoridad.-

Casi al mismo tiempo que Heredia llegaba a su vez a Chicoana y seguía a Quiri-quiri, soportando con suerte una gran guazábara de 1.500 naturales.- Finalmente arribó al valle de Tafí, descendiendo a la llanura de la selva Tucumana, no por el camino habitual o normal, sino mal guiado ex profeso por los naturales, por la tremenda quebrada del Río de Los Sosa, no encontrando por ello su real, que se encontraba solo a tres leguas.-

Diego Rojas y Felipe Gutiérrez, tras una travesía también equivocada por tierra desierta, sentaron su real en un pueblo abandonado de la provincia Salabina (actual Santiago del Estero), para dar descanso a su gente.-

Allí los naturales les dieron una feroz batalla, que ganaron los conquistadores, pero en ella Diego de Rojas recibió aparentemente una herida intrascendente de una flecha que lo llevaría a una muerte horrenda.- La flecha estaba envenenada.-

Francisco de Mendoza aprovecho el incidente para dar rienda suelta a su ambición desmedida.- Al ignorar los españoles el origen del envenenamiento, acuso falsamente a Gutiérrez y su mujer de haberlo ocasionado con la comida y consiguió contra lo pactado, que Rojas, incoherente, debilitado y moribundo, le acordara el mando de la empresa.-

Lamentablemente Gutiérrez consintió el despojo, y este joven sin escrúpulos continuó a la cabeza de la marcha hasta llegar al Paraná, en la desembocadura del Carcarañá, tras mil peripecias.- Terminó asesinado pos sus propios hombres y le tocó a Heredia llevar la expedición de regreso, haciéndolo por el llano y no por la Puna.-

Señores, fueron muchas los contratiempos del largo regreso, que se haría por camino distinto desde Tucumán, a través de la tierra de los Lules, cruzando selvas y ríos, entre ellos el caudaloso Grande.-

El viaje duro en total tres años y medio y en el murieron más de 70 españoles.-Solo añadiré que Heredia, al llegar en pleno levantamiento de Gonzalo Pizarro, por tomar partido por el rey encontró la muerte en el garrote vil que le aplicó don Francisco de Carvajal-

Pero había sido finalmente descubierto el camino desde el Cuzco al Plata.-